Una más que interesante “exploit” hecha completamente a rebufo del Alien de Ridley Scott, de la que no toma pocos referentes pero que en su conjunto mantiene una entidad propia, gracias al cocktail de géneros del que esta película del siempre artesanal Luigi Cozzi puede presumir.
La película abre con un buque que viaja a toda velocidad rumbo a un puerto neoyorquino. Nadie contesta en la radio porque al parecer está abandonado. El barco es remolcado y la policía deciden investigar. Varios agentes, precavidos que son, llevan trajes aislantes. Ellos encuentran unas cajas misteriosas con una especie de huevos verdes desperdigados en las bodegas. Ah, también el cuerpo de un marino totalmente desfigurado “como si hubiera explotado de adentro hacia afuera”…
La película | Crítica
Clasificada “s” en su momento en nuestro país (culpa de ello la tienen las explosiones intestinales que sufren algunos personajes de la cinta) “Contamination” navega en todo momento entre la ciencia ficción más clásica, el thriller policiaco, coqueteando en el último tramo con el cine de aventuras y ciertas influencias de James Bond (que en aquella época las películas del espía británico ya eran un subgénero en sí mismo).
A pesar de sus carencias de presupuesto (que en mitad de rodaje se vayan de Nueva York da a entender que la pasta se acabó) y de actores que no le dan un enfoque interpretativo a la cinta, la película sale muy bien parada, gozando de una sobria dirección de Cozzi, que sabe darle a la película y a su temática el respeto necesario para que se la tome en serio.
Salvo el de contar con algún actor megaconocido en horas bajas, “Contamination” tiene todos los elementos que se le han de exigir a una exploit italiana: artesanía en sus formas, gore a cascoporro, absoluto descaro a la hora tratar su temática y de mostrar sus influencias y un score adorable (que Bruno Mattei robó sin ningún tipo de pudor para su “Apocalipsis Caníbal”).