En mi caso defenderé esta película primeramente porque Cassen, Casto Sendra, es un tío que me cae bien, un cómico con cara del clásico obrero honrado, y con Mónica Randall me pasa lo mismo, una guapa actriz y simpática, por lo que mi predisposición está del lado de esta Furia española.
La película es una reducción al absurdo que te lleva a una parte del pasado social, en este caso dentro de una añorada Barcelona; lo hace de una manera exagerada pero que igual sin querer, te dan una idea de lo que podía ser el método de actuación de personajes reales si se les descubriera en la intimidad. Mantiene una base de hechos completamente factible, tan sólo se pasa de rosca en el tratamiento de los personajes. Así vemos a un médico soltando una charla al pobre Cassen que en vez de profesional, es una charla moral angustiosa, para luego terminar olfateando unas sardinas en salazón, de esas que hay en las pescaderías dentro de una caja redonda, y que tiene como expositor en el aparador de su consulta. De alucine. Algo irreal o surrealista pero que te da una impresión de la fauna humana dentro de sus personalidades equívocas, introvertidas o paranoides.
Al mismo tiempo, los guionistas de esta genialidad mantienen un tono cómico constante de acuerdo al tratamiento elegido de la trama, así hay un uso continuo de mujeres de alterne, con algún espécimen extrañísimo, además del jefe de Cassen, Amadeo, siempre pululando por ahí con sus “misteriosas” cajas de zapatos y demás personajes pintorescos y caricaturescos, y de tebeo como los incordiantes Zipi y Zape. En la pensión (que por cierto había un letrero en la entrada que decía: “No se admiten moros”, jeje, lo que cambian los tiempos), han sentado a un hombre con un gran parecido a Stan Laurel, además le han hecho rascarse la cabeza como hacía él, para flipar, y han hecho de ella un lugar de encuentro y de citas con las pilinguis. La presencia de las pilinguis es continua, en la pensión y en el bar de la peña. El bar es un lugar entrañable para acompañar con cariño al personal, siempre en el esperado ambiente de camaradería desbordada entonando cánticos forofos. Otro personaje aparentemente fuera de juego sería el amigo de la mili de Cassen, pero en realidad tiene su razón de ser para no olvidar la condición frívola de la novia de Cassen. O la monja pendiente del fútbol, porque aquí todo gira en torno a este mundo, siendo el epicentro ejemplos, en pinceladas, de hasta donde pueden llegar las decisiones y comportamientos de un hincha por la devoción que le tiene a su equipo, el Barcelona (el Barcelona de Asensi, Rexach, Marcial, Cruiff, etc).
Y así es, una crítica satírica de los aficionados al fútbol y el mundo que lo rodea, más o menos ajeno, visto de una forma muy lejos de dramas y de lógicas. Como no pudo ser de otra forma por los tiempos que corrían, la película tuvo muchos problemas con la censura y resultó muy polémica en su tiempo aunque al final se proyectó.
El caso es que para los que la valoramos queda como una obra de talento, una obra diferente, otra forma de hacer cine, una curiosidad de gran ingenio, que no guste pues vale, pero tiene el valor como expresión de una fauna humana vista de forma grotesca pero que acerca a la realidad por destapar hipocresías y conductas que siempre se disimulan, pero que en secreto se acercarían mucho a lo expuesto. El aire melancólico de las calles, el baton rouge, la gente, expresan perfectamente el ambiente que persigue el autor, el aire decadente y complejo de un mundillo específico.