Slasher de serie b de los años 80, época dorada para este subgénero. “Workout Killer” es solo apta para los más asiduos a los slasher y las curiosidades de los 80s.

Con un guión típico pero que al mismo tiempo no hay por donde coger, una dirección bastante mala, una fotografía muy cutre, escaso presupuesto y unas actuaciones que de tan malas se mueven casi en la ironía (aunque no consciente), este film consigue ser entretenido y bastante divertido, aún sin pretenderlo.

Las muertes se van sucediendo en un gimnasio que pase lo que pase nunca cierra por los asesinatos, mientras se intercalan momentos de aeróbic con música ochentera, peleas de musculitos que se creen maestros en kung fu, policías con actuaciones dignas del Razzie, y bastantes muertes sin demasiado gore.
Las supuestas escenas de terror, acción o erotismo dan más risa que otra cosa, aunque cuando pretenden ser cómicos solo consiguen cutrez, ya que tampoco alcanza el nivel de absurdo suficiente para que parezca que lo hacen a propósito.

Con todo, una película que puede resultar hasta entrañable dependiendo de los ojos con los que se mire y muy agradable como comedia involuntaria.