La protegida
Sinopsis oficial
Anna fue rescatada y entrenada en el negocio familiar cuando no era más que una niña por Moody, un legendario asesino, su mentor y figura paterna. 20 años después, Anna se ha convertido en una de las asesinas a sueldo más hábiles del planeta. Cuando Moody es brutalmente asesinado, Anna jura venganza y, para ello, se alía con Rembrandt, un enigmático asesino. A medida que crece el acercamiento entre ambos, la confrontación se va volviendo más y más peligrosa.

Doble orfandad
Cuando Anna era una niña, toda su familia fue asesinada en Vietnam. El sicario Moody, que la encontró con un arma en las manos, se apiadó de ella y la ha criado como si fuera su propia hija. A la vez la ha ido introduciendo, ya siendo adulta, en el oficio de asesina profesional, vendiendo sus servicios al mejor postor, habitualmente aplicados a indeseables, como pueden ser unos gángsteres que operan en Bucarest. El último trabajo parece de alto riesgo, pues enseguida sufren un inesperado ataque que reclama venganza.

Martin Campbell, curtido en el cine de acción y aventuras, se mueve en las coordenadas de su Bond Casino Royale o de su cinta de paternidad y venganza Al límite. Lo hace con una trama bastante simple de personajes inmorales que pronuncian lacónicas frases lapidarias, pergeñada por Richard Wenk, que se diría inspirada en títulos como El profesional de Luc Besson o Hanna de Joe Wright.

En realidad el sencillo aunque bien armado esquema argumental deviene en simple excusa –de ahí que tampoco se pueda protestar mucho por algún truco barato en las supuestas sorpresas– para articular un adrenalítico ejercicio de estilo, bien fotografiado y coreografiado, donde la esbelta Maggie Q demuestra estar en plena forma, pues la sensación es de que muchas de las escenas de peleas la ejecuta ella misma. Arropada por dos actores veteranos, que componen bien sus arquetípicos papeles de padre adoptivo y némesis con clase, Samuel L. Jackson y Michael Keaton, el film entretiene, aunque carga un poco su excesiva violencia.