Al ser diseñado como una industria que hacía, podemos decir que las películas del cine clásico se basaban en tres pilares básicos: Narrativa, Imagen y montaje.



MONTAJE

En primer lugar, los cineastas empezaron a utilizar dispositivos cinematográficos como la edición de continuidad para dividir las escenas, dando a los espectadores diferentes perspectivas del tiempo y espacio. Del mismo modo, la regla de los 180 grados hizo que los cineastas fingieran que había una línea a lo largo del eje de 180 grados de cada toma, mostrando dónde se debía colocar la cámara para apuntar al centro de la acción. Esta regla garantizaba coincidencias en la posición y el movimiento de la pantalla y construir un espacio de juego realista para los personajes.
Los realizadores empezaron a filmar la acción desde un lado del eje de acción que atraviesa el centro de la acción principal de la escena. Al permanecer en un lado de esta línea, la cámara asegura esa dirección de la pantalla que permanezca constante. Es decir, si un personaje se para en el ala derecha del cuadro y otro a la izquierda, esos personajes conservan su relación posicional de la pantalla de una toma a la siguiente (a menos que, por supuesto, se muevan). Ciertos directores como John Ford, violaban repetidamente esta regla y otros como Howard Hawks, la obedecían escrupulosamente. Se establecieron tanto el corte transversal, que reveló la acción simultánea en diferentes ubicaciones, como el corte axial, que no contenía cortes, sino que se movía dentro y fuera de la escena. Aquí tenemos un ejemplo de La diligencia (1939) de John Ford, donde el director realiza numerosos saltos de eje.

NARRATIVA

En segundo lugar, una construcción narrativa más sólida de la trama. La lógica narrativa general fue impulsada por personajes humanos identificables y establecidos por un comienzo, un desarrollo y un final claramente marcado. De esta forma, la narrativa estaba estructurada por una fórmula estándar de causa y efecto. También se creó el tiempo cinematográfico. Esto funciona de manera similar como una lógica narrativa, pero también incluye flashbacks a lo largo de la historia. 
Se trataba de un cine marcadamente narrativo, en el cual todos los elementos cinematográficos se subordinaban a la narración. Se trataba, entonces, de un cine de desglose o, si se prefiere, de un cine que tenía que recurrir constantemente a la metonimia en tanto sólo propone fragmentos al interlocutor para que este pueda referirse, inmediatamente, a la totalidad sugerida. Pero esto sólo es posible si entre cada uno de los fragmentos, así como entre estos y la totalidad, existen relaciones obvias, lazos muy estrechos. La idea de continuidad resulta por lo tanto indispensable para este principio de desglose: continuidad cronológica entre los planos que se suceden, pero también continuidad lógica entre los primerísimos primeros planos y los grandes planos generales, como entre los varios trozos de acción o del mundo que se representan por separado. La obviedad de las relaciones entre los fragmentos está dada por una lógica que privilegia decididamente la causalidad, centrada en los personajes. Causalidad, consecuencia, motivaciones psicológicas claras, deseo de superar los obstáculos y conseguir los objetivos, son los motores de las películas clásicas.

Personajes
Los personajes son claramente definidos desde un comienzo y generalmente presentan personalidades estables en todo el filme, lo cual sumado a una historia casi siempre estructurada en torno a un estado de equilibrio, la ruptura de este y, finalmente, su restablecimiento, hacen que el espectador sea conducido a través de la película. Gilles Deleuze ha denominado a esta estructura “la gran forma”, que ha representado como “SAS”, en la cual S equivale a situación y A a acción, en donde la desviación o ruptura provocada por una acción sólo existe para ser colmada o resuelta a través de otras acciones.Como parte del cine institucional, el cine clásico de Hollywood construye un sujeto cuya ubicación es difícil de definir, que viaja a través del espacio-tiempo del filme, viaje que está garantizado por el montaje en continuidad. En la dimensión temporal, la continuidad de los gestos y las acciones de un plano a otro, fueron las principales herramientas para dejar lo suficientemente claro que un cambio de plano era un avance en el desarrollo cronológico. En la dimensión espacial, fue fundamental orientar al espectador y esto se realizó a partir del supuesto de que los planos se filmarían y se montarían de modo que este quedará siempre en el mismo lado con respecto al desarrollo de la historia, más allá de la cuarta pared, aunque en una butaca móvil a diferencia del espectador teatral, para esto se utilizó la denominada regla de los 180º, acompañada del plano/contraplano, la continuidad de mirada, de dirección. Todos estos recursos se constituirían en convenciones cinematográficas que siguen utilizándose ampliamente. Puede concluirse que los rasgos clásicos gozan de una envidiable vitalidad, pero el sistema en el que se formaron y adquirieron sentido ha desaparecido, lo que ha hecho que estos rasgos se combinen en la actualidad con elementos cinematográficos “modernos” y “contemporáneos”.


IMAGEN
En tercer lugar, también se destacó por la mejoría tecnológica que empezó a usarse a partir de inicios de la década de los 40. Se empezó a utilizar iluminación artificial, iluminación discreta y efectos visuales.
Todos los cineastas de esta época, jugaron con las sombras y la luz para crear cualquier cosa, desde un estado de ánimo alegre hasta una siniestra escena de terror.
Así, una de las cosas que venían muy arraigadas del cine mudo, era la importancia que se le debía dar a la imagen, como medio narrativo predominante. En el cine mudo era algo fundamental, que durante el periodo más álgido del Hollywood clásico, se trabajó en traerlo de vuelta. Por ejemplo, una toma de ángulo bajo en la que la cámara mira hacia arriba, la acción podría adquirir significado a través de un proceso de asociación, convirtiéndose en algo que pudiéramos relacionar con un personaje o situación específica. Esto empezó a utilizarse repetidamente en las películas del cine clásico de Hollywood, brindándoles un mayor valor cinematográfico.
Todas estas cuestiones fueron fundamentales, para varios de los cineastas más formidables de Hollywood que querían seguir la corriente europea del momento. Esto hizo que las películas de Hollywood consiguieran la aclamación general, tanto del público como de los críticos de cine. Esa capa superflua que engalanaba al Hollywood de los comienzos del cine sonoro, poco a poco fue perdiéndose, adquiriendo una personalidad más definida. Esto pudo ser posible, por creadores europeos que emigraron a Estados Unidos; muchos de ellos, huyendo de la guerra.

Por poner un ejemplo muy claro, Hollywood no se puede llegar a entender sin la figura de Hitchcock. Hitchcock no solo realizaba películas que llegaban a ser accesibles para el amplio público, sino que era probablemente el cineasta que dominó más a la perfección el lenguaje cinematográfico. También hubo muchos otros cineastas europeos, que forjaron este modo de realizar cine, durante la época del cine clásico americano.

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Por lucenpop

Autor y director de las webs: Videoclub CinematteFlix, Lucenpop y Passionatte