Es triste ver ‘Speed’ en 2022 y que agrade al espectador, más cuando en su estreno fue considerada una obra de baja estofa muy lejos de sus parientes nobles como los Arma Letal, Jungla de Cristal o demás cintas policiacas de renombre. Y realmente era una obra de baja estofa, el problema es que el paso de los años lo único que ha hecho es darle galones a una película simple pero efectiva.
¿Y en qué consiste su buen paso del tiempo? pues en primer lugar, el mal paso del tiempo que ha sufrido desde los 90s el cine policíaco de acción. En segundo lugar que su director supo coger las leyes básicas de este cine y no distorsionarlas. Así ‘Speed’ posee un protagonista con carisma en la piel de Keanu Reeves, posee un punto cómico efectivo en la piel de Sandra Bullock y, un uso perfecto del ritmo y de la filmación de las secuencias de acción, algo tan sencillo que hoy día parece tan difícil.
Un ejemplo es el uso que De Bont hace de la cámara al hombro (el único) en la escena que Keanu Reeves tras la llamada del villano (lo peor del filme y en la piel de Denis Hooper) sale del bar para ver como en la calle hay un autobús secuestrado. Aquí la cámara al hombro en plano secuencia tiene sentido para ver como pasa el protagonista del cielo al infierno en un solo plano. Un recurso el de la cámara al hombro que sirve para enfatizar la sensación de angustia y sorpresa que va a recibir nuestro héroe. El resto del filme en cambio está filmado a la vieja usanza, con un buen control de las secuencias y usando el montaje rítmico lo mínimo posible para saber en todo momento que está pasando geográficamente en la acción. Algo tan sencillo como lo dicho hasta ahora hacen que ‘Speed’, un filme cortito en su año de estreno, hoy se vea con agrado y emoción.