Kong, la isla calavera: la obra maestra secreta del blockbuster moderno

Imprescindibles by Lucen | ‘Kong: La Isla Calavera’ de Jordan Vogt-Roberts

Hay películas que nacen condenadas a la etiqueta de “entretenimiento ligero”, y sin embargo esconden bajo ese disfraz lo que sólo el tiempo sabrá descifrar: una obra maestra. Kong: la isla calavera (2017), dirigida por Jordan Vogt-Roberts, pertenece a esa rara estirpe. En su estreno fue recibida con la indiferencia del público masivo y el desdén de la crítica más ortodoxa (como en su día En busca del arca perdida), pero hoy, al revisarla con la calma que da la distancia, emerge como una de las grandes catedrales visuales del blockbuster del siglo XXI.

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Lo que Vogt-Roberts, junto al director de fotografía Larry Fong y al montador Richard Pearson, construyen es un poema bélico-fantástico filmado con la precisión de un story board y la furia cromática de una pintura de guerra. Cada plano responde a una composición previa, a una partitura gráfica donde la planificación es la verdadera protagonista. Lejos de la caótica edición de muchos blockbusters contemporáneos, aquí el montaje fluye, permite que el espectador se hunda en un espectáculo que tiene tanto de aventura spielbergiana como de pesadilla salida del Apocalypse sea Now o no.

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La comparación con Vittorio Storaro no es gratuita: Fong recupera la lección cromática del maestro italiano y la adapta a un terreno donde el mito y el pop se funden. Los cielos anaranjados de la isla, las selvas en penumbra, las llamaradas contra la figura colosal de Kong, recuerdan que el color puede ser un lenguaje narrativo autónomo, capaz de expresar temor, majestuosidad y extrañeza sin una sola palabra.

Pero Kong: la isla calavera no se limita al homenaje. Es cine de aventuras en su estado más puro, una película que recoge el testigo de Indiana Jones y lo lanza hacia un público adulto, dispuesto a aceptar héroes planos y villanos esquemáticos que, sin embargo, funcionan como arquetipos eternos. La narrativa no necesita complejidad psicológica: lo que importa aquí es la textura, la atmósfera, la sensación de estar perdido en un territorio donde cada árbol puede ocultar una amenaza.

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El guion, firmado por Dan Gilroy, John Gatins, Derek Connelly y Max Borenstein, no busca trascender, pero sí sostiene con firmeza la arquitectura de un espectáculo que encuentra su verdadero poder en las imágenes. Así, los personajes son piezas móviles en un tablero más grande: el de la isla misma, un paisaje que oprime, que se erige como el auténtico protagonista.

Kong, en esta visión, es menos animal y más deidad. No es el rey de la isla, sino su guardián, su dios primigenio. Al convertirlo en mito y no en criatura, Vogt-Roberts logra lo que muchos blockbusters contemporáneos han olvidado: dotar al monstruo de un aura sagrada, de un misterio que lo sitúa más cerca de los mitos clásicos que de los efectos digitales desechables.

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En este sentido, la película se convierte en un rito visual. Basta recordar la batalla en el cementerio de huesos, envuelta en una niebla espectral, o el primer enfrentamiento entre Kong y los helicópteros, filmado como un mural bélico que podría estar colgado en un templo. Estas escenas no sólo son acción: son cuadros en movimiento, hitos de un cine que entiende el espectáculo como arte plástico.

El peso de la cinefilia atraviesa el film: ecos de La criatura de la laguna negra, Tarántula, Platoon y Parque jurásico se funden en un mosaico que no se limita a copiar, sino que reinterpreta. Y, sin embargo, la sombra fundacional de la King Kong de 1933 siempre está presente, como una raíz inevitable que alimenta la nueva selva digital.

Lo que hace de Kong: la isla calavera una obra maestra secreta es su capacidad de ser, al mismo tiempo, un producto de estudio y un acto de autoría. Vogt-Roberts orquesta un blockbuster que se siente personal, que conversa a través de la música —con una banda sonora que mezcla rock clásico y épica militar— y que ofrece un espectáculo concebido para la sala grande, para la pantalla como santuario.

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Quizás en 2017 fue visto como un entretenimiento desmesurado. Hoy, en un tiempo en que el blockbuster ha caído en la monotonía digital y la corrección estética, Kong: la isla calavera resplandece como una joya de culto. Una película mayor de lo que se quiso admitir, destinada a ser revisitada como el ejemplo perfecto de cómo la aventura, la acción y el mito pueden convivir en una misma obra sin pedir disculpas.

Porque el verdadero secreto de Kong: la isla calavera es este: no es solo una película de monstruos, sino un himno visual a la capacidad del cine para hacernos sentir que el mundo es aún más grande, más salvaje y más aterrador de lo que recordábamos.

 

Puntuación crítica: ****
Visual: *****
Narrativa: ***

El próximo 10 de Marzo se estrenará en nuestras salas Kong: La Isla Calavera y Warner ha lanzado hoy el último cartucho en lo que a tráilers se refiere. Un avance de dos minutos y medio que, como el anterior, promete un festival de bichardos, aventura y algún toque de ligereza a cargo de John C. Reilly. Y sí, hay un poquito de Apocalypse Now y de La Chaqueta metálica, al menos en su trailer y esa preciosa fotografía de Larry Fong. Lo cierto es que la obra pinta mucho más que bien y lo confirmamos con nuestra crítica.


Altos y bajos comandaban las sensaciones transmitidas por aquella megalómana obra dirigida por Peter Jackson y que servía de reboot al clásico King Kong del año 33. El reboot se permitía ser fiel a la obra al menos en época y ambientación ya que recreaba perfectamente aquel Nueva York del crack bursátil que tanta pobreza dejó. El resto fue elevar la idea original a la opulencia fílmica de las grandes producciones del presente.

12 años después de la obra de Jackson se vuelve a coger la idea del gran Kong pero adaptada de una forma más libre y con  una idea en mente. Homenajear visualmente a los grandes películas del cine bélico.
 
Vittorio Storaro es uno de los grandes clásicos de la cinematográfica. Suyo son los trabajos de fotografía de grandes obras como El último emperador, pero, quizás sea Apocalypse Now uno de sus trabajos más completos, complejos y recordados. El color como fuente de  narrativa era el arma principal para crear ese ambiente turbado de opresión y ensoñación que puede desatar el terror de una guerra. Ahora con esa idea en mente, el fotógrafo Larry Fong y el director Jordan Vogt-Roberts, quieren volver a recrear ese estado de ensoñación bélico y salvaje a través de su film Kong, la isla de la Calavera, la cual basa parte de idea en su envoltorio artístico. 
 
En cuanto al nivel puramente visual, Kong: La isla Calavera es un placer. Evita muchos de los errores comunes que se cometen en una producción a gran escala, alejándose de cortes rápidos y movimientos de cámara torpes, en favor de una composición y ritmo más elegantes. Vogt-Roberts y su equipo técnico han creado un Kong mejor formado. Parece menos realista pero a la vez es más real. Lo han hecho más monstruo y menos animal, dotándolo de más sentido y convirtiéndolo en una deidad ancestral o un protector de la isla; menos rey y más Dios”
 
Además, el guión, de Dan Gilroy, John Gatins, Derek Connelly y Max Borenstein, es relativamente sólido para que no se tambalee tanto como podría en las escenas en las que aparecen las criaturas para causar estragos. 
No le falta ni diversión ni refinamiento, y tiene la pulcritud de una de esas comidas fast-food compartimentadas. El director Jordan Vogt-Roberts mueve las piezas de A a Z con un ritmo hábil, pero los personajes no dejan de ser esas simples piezas. A pesar de todo, ofrece unas cuantas escenas de acción memorables: un enfrentamiento lleno de suspense en un campo nublado lleno de huesos, y el monstruo gigante en acción, más palpable y peligroso que cualquier escaramuza robotera de la saga Transformers”.

Como hemos dejado ver, el film homenajea ideas visuales como las conseguidas por Vittorio Storaro junto a Coppola, pero hay mucho más de cinefilia pura. Vemos a la citada Apocalypse Now junto a Platoon, plantándolas en Parque Jurásico para plasmar una expedición militar ambientada en 1971 en Skull Island, el remoto hogar tropical de King Kong. Pero, también nos podemos remitir a las criaturas de Black Lagoon o Tarantula con los humanos relegados a un segundo plano por efectos impresionantes (hacer mención especial también al diseñador de las criaturas Carlos Huante).

Además, esta adaptación tampoco puede escapar de la sombra de la mágica King Kong de 1933.
 
Aún así, no todo es oro lo que reluce y el empaque final acaba siendo débil al abandonar el desarrollo de los personajes y los diálogos en favor del espectáculo visual. De este modo sobra un poco de humor y fatal y poco de seriedad en el planteamiento, pero, eso quizás hubiese mermado sus expectativas en taquilla.
En definitiva, un gran entretenimiento visual, que no alcanza el sumun debido a las habituales trabas de las grandes productoras. Obra pensada para entretener, y eso hace, entretiene con mayúsculas.
Fin de la crítica

Artículos anteriores sobre el film by Cinématte

 

Anteriormente sobre Kong…

 

El programa de esta pasada noche de Jimmy Kimmel nos ha dejado el nuevo tráiler de Kong: Skull Island — o el tráiler en firme, mejor dicho, porque aquí vemos toda la artillería: mono, bichos, John C. Reilly como alivio cómico y lo que se presupone como la muerte de al menos un miembro del reparto principal, así que a lo mejor os lo queréis ahorrar. Uno es buen rapaz y avisa.

 
 

Y aunque a muchos les pueda parecer extraño, la nueva versión de King Kong nos ha parecido hasta ahora una de las mayores sorpresas del año y uno de los films que más nos han impactado, y todo gracias, a la fotografía y los planos conseguidos por el director del film, Jordan Vogt-Roberts y sobre todo, por su director de fotografía, el operador Larry Fong, a quien ya hemos disfrutar en obras como ‘Batman vs Superman’, ‘300 el origen del mal’, ‘Super 8’, ‘Sucker Punch’ o ‘Watchmen’ y que aquí, viendo este primer teaser parece haber conseguido su mejor trabajo hasta la fecha.

Por cierto, en caso de que no lo sepas, te informamos que hace ya unos meses se anunció Kong: Skull Island, cinta que dará inicio a un nuevo universo cinematográfico basada en el gorila gigante más famoso e Hollywood. Aprovechando todo el ruido causado por la San Diego Comic-Con 2016, Warner Bros. ha decidido liberar el primer tráiler de esta película.
 
En el avance se nos muestra mucho más del tono que tendrá Kong: Skull Island, el cual, sentimos que le viene muy bien a lo que siempre ha sido esta franquicia. Dicho filme está programado para estrenarse el siguiente 10 de marzo.
Sobre el reparto contamos un grupo de militares comandados por Samuel L. Jackson al que se une la fotoperiodista Weaver (Brie Larson) y el capitán James Conrad (Tom Hiddleston).
Sin más, te dejamos con el avance completo para que lo disfrutes y sobre todo fijaros en sus magníficos planos y en ese uso del color que otorga a la selva una fuerza visual que recuerda a obras como el Pedrator de John McTiernan fotografíado por Donald McAlpine o la fotografía de Mauro Fiore en Lagrimas del Sol, pero sobre todo, a esa obra maestra visual conseguida por Vittorio Storaro en Apocalypse Now.
 

Tráiler de Kong: Skull Island

 
 

Fotogramas e imágenes by Larry Fong

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