Wild Gals of the Naked West es una película de desnudos cutie de 1962 escrita y dirigida por Russ Meyer. Junto con las películas pornográficas hardcore A Dirty Western y Sweet Savage, la película es una de las pocas películas pornográficas en el género cinematográfico por excelencia.
CRÍTICA
Primera toma de una teta: 8:47 (bueno, más o menos, a medida que se liberan los pezones, los primeros sin censura aparecen a los 23:39)
Russ Meyer no tiene exactamente la prisa por apartarse de lo que nos mostró en sus dos películas anteriores: una vez más, dura aproximadamente una hora; una vez más tiene un narrador serio y, una vez más, tiene momentos de surrealismo que son completamente inesperados y divertidos. Sin embargo, realmente se excede en la voz en off.
Como es habitual en la obra de Meyer, el surrealismo está presente y es correcto, con mujeres que caminan por ahí con los escotes cortados de sus vestidos por alguna razón y con un tiroteo interminable y una pelea de puños entre dos tipos que no quiero espoilear pero que sorprende. A diferencia de sus dos películas anteriores, aquí no hay una narrativa continua real, son los mismos ‘bocetos’ que se extienden hasta aproximadamente una hora con fragmentos y piezas aleatorias colgadas para rellenarla.
Sin embargo, es más divertida que sus dos películas anteriores, aunque un poco menos volcada en las tetas. Pero aquí, Russ todavía no ha encontrado el equilibrio entre tetas y risas, pero, lo conseguiría pronto…
- Puntuación: 6
Año 1962
País Estados Unidos
Director Russ Meyer
Reparto Sammy Gilbert, Anthony-James Ryan, Jackie Moran, Terri Taylor, Frank Bolger, Werner Kirsch, …
Género Comedia. Western | Serie B. Cine independiente USA. Erótico. Prostitución. Animales
Sinopsis
Un viejo habla a los espectadores sobre las particulares situaciones que se dan en un pueblo del lejano oeste. Un pueblo en el que hace falta alguien que ponga orden, ya que las prostitutas toman clientes a la fuerza, un gorila anda suelto haciendo estragos, un aborigen sin escrúpulos está a punto de sacrificar una voluptuosa rubia en un ritual, y la gente se la pasa golpeándose, bebiendo y gastando bromas pesadas.
