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«El Ejército de las Tinieblas» cumple 30 años
Repasamos la película dirigida por Sam Raimi y protagoniza por Bruce Campbell
En nuestro canal de Youtube hablamos de los 30 años del estreno en cines de El Ejército de las Tinieblas, la tercera entrega de la saga dirigida por Sam Raimi y protagonizada por Bruce Campbell en el papel de Ash Williams.

En esta ocasión, Ash se ve teletransportado a la Inglaterra del Siglo XIII donde los caballeros tienen atemorizado a un pueblo de campesinos.

Por error, Ash encontrará el Necronomicón y dirá las palabras que resucitarán a las fuerzas del mal que pretenderán acabar con todos ellos.

‘El Ejercito de las Tinieblas’ llega gratis y en HD a Cinematte Flix, así que disfruta ya de una de las grandes joyas del fantástico del siglo pasado.

«fuente: ok.ru. autor: «Pelis años 80 y 90» link: «OK social network. Communication with friends on OK. Your meeting place with classmates«

«fuente: youtube. autor: «Alfa y Omega» link: «EL EJERCITO DE LAS TINIEBLAS (1992) – PELICULA – YouTube«

La serie de Ash vs Evil Dead es otro motivo por el que hemos decidido realizar un estudio de obra de la saga Posesión Infernal (Evil Dead). En esta retrospectiva veremos un análisis y crítica de cada uno de los capítulos de esta peculiar obra de culto formada por las películas Posesión Infernal, Terroríficamente Muertos, El Ejército de las Tinieblas y la recién estrenada serie, Ash vs Evil Dead. Sin más pasamos a comenzar por orden cronológico.

Posesión Infernal (1981)

Ficha Técnica:

Titulo original: The Evil Dead.
Año: 1981.
País: Estados Unidos.
Duración: 85 min.
Director: Sam Raimi.
Guión: Sam Raimi.
Producción: Sam Raimi, Bruce Campbell, Robert G. Tapert e Irvin Shapiro.
Fotografía: Tim Philo.
Música: Joe Loduca.
Montaje: Edna Ruth Paul.
Diseño de producción: Tom Sullivan.
Reparto: Bruce Campbell (Ash), Ellen Sandweiss (Cheryl), Hal Delrich (Scott), Betsy Baker (Linda), Sarah York (Shelly).

Sinopsis:

Cinco jóvenes se disponen a pasar un placentero fin de semana en una cabaña abandonada en un bosque de Tennesse. Un extraño descubrimiento originará que lo que iba a ser una feliz estancia se convierta en una auténtica pesadilla.

Crítica:

Además de su indiscutible condición de película de culto, hay algo que a primera vista llama poderosamente la atención de esta pequeña película originada en las pasiones cinéfilas de un veinteañero con muchas ganas de entrar de lleno en el maravilloso mundo del cine fantástico: y es su aroma de ópera prima desenfadada y frenética, cimentada de una pasión exacerbada por la noble labor de la dirección cinematográfica siendo algo transpirable desde el primer fotograma. Raimi toma como base su joven nervio en la planificación narrativa, un presupuesto irrisorio y un argumento netamente sobado con unos jóvenes que creen que van a pasar un armonioso fin de semana en una cabaña en los bosques de Tennesse.


En un época donde la serie B y el terror eran piedra inicial de todos los jóvenes directores de la época, este film despuntó con autoría y personalidad entre todas aquellas óperas primas filmadas. La causa no es otra que su peculiar fuerza visual, la cual abandona el clasicismo habitual para trasformar la planificación estática habitual de los cómics, a movimiento y a pantalla grande. Raimi mostró una forma de planificar y de usar la cámara totalmente peculiar. Contemporáneo de aquellos iniciales hermanos Coen o de Tim Burton, Raimi siempre supo que en un género casi universitario donde a nivel narrativo todo estaba visto o casi visto, su forma de planificar y de mostrar lo narrado, debía llevar una firma y una autoría que lo identificase rápidamente entre los demás, de este modo, la cámara de Raimi se convertía en un personaje más del entramado y al igual que la iluminacion, el sonido, el decorado o la fotografía, la cámara dejaba de ser invisible y pasaba de simple voyeur a protagonista directo de lo sucedido.Cada plano, detalle, encuadre, movimiento de cámara y demás recursos narrativos están al servicio de la construcción de un clima oficiosamente terrorífico dentro de su “Look” barato, haciendo crecer no sólo su condición de “B Movie” sino también toda esa angustia tenebrosa que pasa a ser la principal base en la que una simple historia (Recordemos que su premisa argumental es posiblemente la más tópica de las que se haya podido recurrir).“Posesión Infernal” se convierte en un relato donde el concepto de lo terrorífico adquiere un tinte capaz de sobrepasar los límites de la pantalla en cada fotograma.

Pero para acompañar esta hipérbole visual y no morir en el intento, Raimi decide enfatizar el resto de elementos de la obra, así vemos como el sonido es exagerado más de lo normal y la actuación de sus protagonistas sobre todo la de Bruce Cambell es llevada a tal extremo que debe ser considerada como un slapstick terrorífico.
La película sirvió también para que naciera una leyenda: Bruce Campbell, con su álter ego en la pantalla bajo el nombre de “Ash”. Campbell, a pesar de sus limitaciones como actor, construye un personaje teniendo el carisma como principal atracción logrando una conexión muy especial con el espectador, personificando y acentuando la vena gamberra que este pequeño gran cuento de terror tiene oculto. Su estampa crecería aún más con las secuelas (Recordemos, con un tono ya casi netamente cómico) pareciendo hechas para acrecentar a esta leyenda del cine fantástico que se ha convertido en uno de los personajes más adorados por los fans del cine de género en su vertiente más cachonda.La duda que queda a todos es que hubiese pasado con esta saga sin la presencia de su protagonista. Hemos visto pasado los años como Raimi siempre ha introducido el humor y la parodia en la mayoría de su filmografía.

Desde Darkman a su gran éxito comercial (Spider-Man), el tono satírico ha ido vinculado a los trabajos del director pero aún así, todo nos hace prensar que la fuerza que imprimió Campbell a su personaje fue clave para que tango Terroríficamente Muertos como El Ejército de las Tinieblas y la actual Ash vs Evil Dead, hayan gestado un género propio que hace que esta saga no sólo sea un ente totalmente de culto, sino una obra puramente única y autónoma de todo los demás.
Un “Look” tan confusamente barato jamás jugó tan a favor del resultado final de la película como ocurre en “Posesión Infernal”: Su escasez de medios, sus efectos de mercadillo y el aspecto tan barato de muchos de los recursos visuales y estilísticos que aparecen en pantalla acentúan aún más esa artesanía que aporta ese encanto que permite disfrutar de la película con un claro y confeso envoltorio de “Serie B”.El origen de “Posesión Infernal” podría decirse que viene de la amistad nacida en un instituto entre dos jóvenes apasionados del cine, el aspirante a director Sam Raimi y el futuro actor Bruce Campbell. Ambos sentían una especial predilección por el cine de terror clásico y la comedia “Slapstick”, y pronto comenzarían a rodar innumerables cortometrajes “Amateurs” donde plasmar esa pasión por el séptimo arte.
Como en toda película de bajo presupuesto, Raimi y Campbell echarían mano de conocidos y amigos para componer el equipo técnico de “Posesión Infernal”. Muchos de ellos, ya habían trabajado en el cortometraje “Within The Woods” (Sam Raimi, 1978).Los jóvenes actores que interpretarían a los protagonistas se irían adhiriendo poco a poco a la producción: Ellen Sandweiss (Que ya había trabajado en “Within The Woods” [Sam Raimi, 1978]) tendría uno de los papeles femeninos y Betsy Baker respondería a un anuncio colocado por Raimi solicitando intérpretes para su proyecto.


Finalmente se elegiría Morristown, Tennesse, zona donde apenas se pusieron trabas para permitir al joven equipo rodar a placer como la ubicación del rodaje de Posesión Infernal. Además, había una cabaña en medio del bosque que sería finalmente la principal ubicación de rodaje.Una vez finalizado el rodaje, llegó el momento de la edición, algo que resultaría caótico a primera instancia ante el montón de material que Raimi había rodado. Para ello, Sam pediría ayuda a una asociación dedicada al montaje de Detroit, donde conocería a Edna Ruth Paul, futura montadora de la película y quien tenía en nómina como asistente a Joel Coen. Edna sería finalmente la elegida para montar “Posesión Infernal” acompañada de Joel, siendo ahí donde nacería la amistad entre Raimi y los hermanos Coen.
Finalmente la película tendría un metraje de 85 minutos. Dos problemas retrasaron la finalización de la post-producción: la grabación de ciertos sonidos después del rodaje y la ampliación de formato a 35 milímetros, requisito indispensable si se quería mostrar la película en salas comerciales.


Sam Raimi y Bruce Campbell se prometieron que el estreno de “Posesión Infernal” debería ser muy especial. Para ello, tendría lugar en el Teatro Redford de Detroit, que era bastante frecuentado por Bruce en su infancia. Raimi, influenciándose de la figura de William Castle, quiso hacer del estreno algo muy emocionante, ambientando la localización para la ocasión (Se llegó incluso a colocar ambulancias a las afueras del cine) y llegando incluso a realizar entradas personalizadas. El pase fue todo un éxito, y todo parecía indicar que el fenómeno “Posesión Infernal” acababa de comenzar.“Posesión Infernal” tuvo una campaña de promoción bastante más portentosa que otras películas de idénticos medios de la época, lo que le permitió recaudar unos 2.400.000 millones de dólares en todo el mundo.
“Posesión Infernal” daría fruto a dos secuelas: “Terroríficamente Muertos” (Evil Dead II: Dead by Dawn, Sam Raimi, 1987) que sería una especie de nueva versión de la misma trama pero en un enclave mucho más humorístico, con un tono ya claramente deudor del “Slapstick” y la parodia. La tercera parte llegaría en 1993 con “El Ejército de las Tinieblas” (Army Of Darkness, Sam Raimi, 1992) ya con un presupuesto mayor ya que Raimi contaba con el apoyo de la productora de Dino de Laurentis y la distribución de la Universal, con quien había obtenido cierto éxito con su anterior “Darkman” (íd, Sam Raimi, 1990). La saga “Evil Dead” se ha convertido en una de las más representativas del fantástico y adorada por multitud de fans, convirtiendo a Bruce Campbell en un legendario icono del género y uno de los actores más queridos por los seguidos del cine de terror. Esto ha hecho que la llama Evil Dead nunca se haya extinguido lo que ha hecho posible que Raimi y Campbell vuelvan a reunirse y a continuar las aventuras de Ash, para ello se han adaptado a los nuevos tiempos y han recurrido al medio audiovisual de moda. La Televisión, quien ahora proyecto Ash vs Evil Dead los nuevos capítulos de la legendaria Saga.

Terroríficamente Muertos (1987)

Ficha Técnica:

Titulo original: Evil Dead II: Dead by Dawn.
Año: 1987.
País: Estados Unidos.
Duración: 84 min.
Director: Sam Raimi.
Guión: Sam Raimi y Scott Spiegel .
Producción: Robert G. Tapert, Bruce Campbell, Irvin Shapiro y Alex De Benedetti .
Fotografía: Peter Deming, Eugene Shlugleit y Larry Larson.
Música: Joseph Lo Duca.
Montaje: Kaye Davis.
Diseño de producción: Philip Duffin y Randy Bennett.
Reparto: Bruce Campbell (Ash), Sarah Berry (Annie), Dan Hicks (Jake), Denise Bixler (Linda), Richard Domeier (Ed), Kassie Wesley (Bobby Joe), Lou Hancock/Ted Raimi (Henrietta).

Sinopsis:

“Ash” y su novia Linda van a pasar unos días de “Relax” en una cabaña que se encuentra en mitad de un frondoso bosque. Allí encontraran una extraña grabación hecha por el profesor Knowby; sin saberlo la pareja, las palabras del profesor despiertan a las fuerzas del mal y criaturas demoníacas  Los dos trataran de huir pero será inútil. La hija del profesor llegara a la cabaña en compañía de otras tres personas; ignorando lo que ocurre en su interior solo podrán contar con las habilidades y resistencia de “Ash” para salir con vida del lugar.

Crítica:

A pesar de estrenarse en los cines como la secuela de “Posesión Infernal” (The Evil Dead, Sam Raimi, 1981) en realidad se trata básicamente de un reboot y ampliación de la historia original pero contando con un presupuesto mayor, que permitió a Raimi aumentar su mundo de criaturas infernales. Con una estructura episódica que está directamente relacionada en su conclusión con “El Ejército de las Tinieblas” (The Army of Darkness, Sam Raimi, 1992).
Primero de todos diremos que si Posesión Infernal es una obra de culto y un punto y aparte en el género, Terroríficamente Muertos es simplemente la culminación de la saga, su mejor capítulo y la obra definitiva de Sam Raimi. El director había demostrado un dominio y un protagonismo inusual de la cámara pero para que la misma llegará a su máxima expresión, hacia falta presupuesto y medios, esos medios fueron conseguidos para este nuevo trabajo y la puesta en escena, los planos, los ángulos de cámara y los travellings, llegarón a su máxima expresión en este capítulo. El cual es un homenaje a si mismo y un carrusel inusual de fuerza visual, autoría y hipérbole fílmica en todos los sentidos.
“Evil Dead II: Dead by Dawn” seguía fuera de la maquinaria de producción de un estudio de cine, lo que nos garantizó que fuese puro delirio sanguinario; cabezas ensangrentadas arrancadas de sus cuerpos, manos amputadas, cuerpos desmembrados, una puesta en escena de locura, con la cámara atravesando paredes y moviéndose por el aire como si estuviese ella misma endemoniada. Un punto de vista extremo que sin duda expone la personalidad de su director como un verdadero “Autor”, muchas veces imitado pero nunca superado.

Argumentalmente estamos ante una hibridación entre comedia y terror. El resultado está bastante logrado y su originalidad está más allá de toda duda. Su talento visual está muy relacionado con el lenguaje de ciertos dibujos animados. Las situaciones que plantea son imposibles, hiperbólicas; la secuencia del baño de sangre de Annie o la amputación de la mano de “Ash” son prueba de ello. Y quizás sea todo esto unido a la extrema puesta en escena gracias a la mejora de presupuesto, lo que hacen de Terroríficamente Muertos una obra tan especial y tan particular.
Los intérpretes, en consonancia con el resto de los elementos de la película, resultan un tanto sobreactuados e incluso Campbell se convierte casi en una caricatura, en una suerte de “Cartoon” humano asediado por seres infernales.
El plato fuerte de la función son sin duda los efectos especiales, tanto visuales como de maquillaje. Un trabajo que recae en las hábiles manos de Doug Beswick, Mark Shostrom y los fundadores de K.N.B. Kurtzman, Nicotero y Berger. Un plantel de expertos en este tipo de técnicas, que logran crear un aspecto realmente grotesco y monstruoso en el “Ash” poseído, que sin embargo no elimina por completo su humanidad, como queda patente en la secuencia en la que este encuentra el colgante de su novia Linda.
De este modo, la ‘Evil cam’ nos dejaba una delicia que apuntaba a franquicia ya que su plano final dejaba la puerta abierta a un siguiente trabajo, uno, que abandonaría la libertad y se sumiría en los cánones de un estudio de cine, algo que los demonios de Evil Dead no supieron asimilar.

El Ejercito de las Tinieblas (1992)

Ficha Técnica:

Titulo original: Army of Darkness (Evil Dead 3).
Año: 1992.
País: Estados Unidos.
Duración: 83 min.
Director: Sam Raimi.
Guión: Sam Raimi y Ivan Raimi. .
Producción: Bruce Campbell, Robert Tapert, Dino De Laurentiis Company / Renaissance Pictures / Universal Pictures.
Fotografía: Bill Pope.
Música: Joseph Lo Duca (Tema: Danny Elfman).
Montaje: Bob Murawski, R.O.C. Sandstorm (Sam Raimi)
Diseño de producción: Anton Tremblay.
Reparto: Bruce Campbell (Ash), Bridget Fonda (Linda), Embeth Davidtz (Sheila), Marcus Gilbert (Lord Arthur)

Sinopsis:

Inglaterra, siglo XIII. Las fuerzas del Mal ejercen su reinado en la Edad Media. Valerosos caballeros se disponen a entrar en desigual batalla, mientras los atemorizados campesinos se refugian tras los muros del castillo. Todo cambia con la inesperada llegada de un nuevo héroe, provisto de sofisticadas armas y que dice provenir del siglo XX.

Crítica:

Y tras el éxito de las dos primeras entregas, los estudios de cine no tardarían en llamar a la puerta de Raimi para decirle que ellos querían ser partícipes también de la tajada económica que estaba dejando el pastel. Por supuesto, el joven director y sus compañeros de productora no podían resistirse a la llamada de la producción de un gran estudio, algo desde luego entendible por parte de todos menos por el de los misterios del cine. Y es que, aunque los primeros veinte minutos de ‘El ejército de las tinieblas’ (‘Army of Darkness’, 1992) son de lo mejor que Raimi ha dirigido en toda su vida, el conjunto de la obra no puede dejar de perder esa valentía y actitud gamberra y pulp que todo producto independiente suele tener.Se quiera o no, la corrección y las normas de los filtros de un estudio son importantes para dejar un trabajo mainstream de la forma más correcta  y perfecta posible. El problema es hay productos a los que esa perfección acaba por destruirlos.Y aunque la destrucción no es el caso de este Ejército de las Tinieblas, si es cierto que el film perdió gran parte del espiritu underground, amater y libre, que tuvieron sus dos primeras entregas.
Once años después de su gran éxito ‘Posesión infernal’ (‘The Evil Dead’), y cinco después de la segunda parte, vuelve Ash, vuelve su chulería, y vuelven los muertos vivientes, esta vez homenajeando a Harryhausen. Y, desde luego, aunque con menos sangre y casi sin miembros cercenados y putrefactos, vuelve la diversión de un cine sin complejos.

La cosa empieza por todo lo alto. Cada plano, cada corte de montaje, cada alocado movimiento de cámara y un guión y una puesta en escena trufados de ideas ingeniosísimas, ora visuales o narrativas, ora humorísticas o aventureras, consiguen que El  Ejército de las Tinieblas tenga una obertura tan suprema, que todos nos frotamos las manos al poder estar ante un apoteosis fílmico de serie B.Con un veloz y conciso prólogo narrado por el propio Ash, se hace un repaso a lo que ha venido ocurriendo hasta ahora, y entramos de lleno en una imprecisa época medieval en el que, por supuesto, tratándose de quien se trata, tienen existencia la magia y la brujería. Y así, Ash, convertido en un esclavo, será tomado por uno de los hombres de Henry el Rojo y torturado por Lord Arthur.Por desgracia, después de esta primera parte todo se vuelve bastante alocado y endeble y la «grandiosidad» del cómico guión hacen que se pierda la esencia de pseudo terror y slasher que llevaba implicito la saga hasta este capítulo. De este modo, el concepto de terror, aislamiento y soledad que nos daba la casa encantada de las primeras películas, deja paso al de una aventura de espada y brujería con tintes de producción italiana de principios de los 80. El ambiente creado en los Evil Dead se diluye en una producción enfocada para un público menos purista y mucho más comercial.
Bruce Campbell aquí se convierte en un verdadero dibujo animado, que en nada debe envidiar al gran Jim Carrey, una fuerza de la naturaleza capaz de combinar la ruindad y la mezquindad con la nobleza y la valentía, sin perder el sentido del humor, desdoblándose en el malvado Ash que comanda a los muertos, siendo el artífice de que la tercera y última parte de la película se sostenga algo mejor. Raimi pone lo mejor de su parte, con algunas imágenes pesadillescas, pero a los arrolladores primeros minutos les sustituyen unos últimos mucho menos interesantes.Finalmente mencionar el tema musical creado por Danny Elfman (que se añade a la música de Joseph LoDuca).

Ash vs Evil Dead (2015)

Ficha técnica:

Titulo original: Ash vs Evil Dead (Series)
Año: 2015.
País: Estados Unidos.
Duración: 30 min.
Director: Sam Raimi y más
Guión: Sam Raimi y Ivan Raimi, Tom Spezialy
Producción: Starz, Bruce Campbell, Robert Tapert, Renaissance Pictures
Fotografía: John Cavill, Dave Garbett.
Música: Joseph Lo Duca.
Montaje: Bryan Shaw, Bob Murawski y más
Diseño de producción: Nick Bassett.
Reparto: Bruce Campbell, Lucy Lawless, Ray Santiago, Dana DeLorenzo, Jill Marie Jones

Sinopsis:

Serie de TV (2015). Secuela de la saga de películas «Posesión infernal» (Evil Dead). Ash ha pasado los últimos treinta años evitando madurar y luchando contra los horrores surgidos del Necronomicón. Sigue siendo el mismo malhablado sabelotodo de siempre pero de repente se encuentra con que debe volver a coger su motosierra para luchar contra una plaga de Deadites que amenaza con destruir toda la humanidad mientras intenta reconciliarse con su pasado.

Crítica:

Y una vez expuestas las opiniones de los tres films estrenados hasta la fecha, es hora de analizar (en principio el primer episodio), el proyecto que nos ha llevado a este especial. Hablamos claro está de la serie que retoma las aventuras y desventuras de Ash y su Necronomicón.
Bruce Campbell vuelve a meterse una vez más en las carnes del paripatético Ash Williams para volver a desatar una lluvia de sangre y vísceras mientras limpia la faz de la tierra de no-muertos y demonios de Candar.
«El Jefe» es el título de este primer episodio que nos sitúa en la actualidad, treinta años después de la traumática experiencia de Ash Williams en la cabaña del bosque (Evil Dead 1 y 2), en donde él y sus amigos fueron atacados por los demonios invocados por el Necronomicon, y los sucesos de El Ejército de las Tinieblas. En este primer capítulo, titulado «El Jefe», vemos como Ash no ha prosperado en absoluto. Vive en una caravana, trabaja en el mismo supermercado que hace tres décadas y trata de conseguir sexo fácil a cualquier precio, sin importar lo ruin y miserable que sea su método y ante todo, sigue teniendo el mismo coche que le llevó a aquella terrible cabaña.Pero la vida de nuestro «héroe» pronto se va a volver a poner interesante cuando por un error de manual (literal y metaforicamente hablando) los demonios de Candar vuelvan a por él y los muertos se alcen de nuevo para cobrarse su venganza.

Lo primero que debemos decir para tranquilizar al público fiel de la saga es queAsh vs. Evil Dead recupera el espíritu de cine chusco, slasher con posesiones y demonios y humor muy negro. Y por supuesto, la Evil Cam (suponemos que ahora digital), que sigue estando presente lo que nos asegura una de las claves de la saga. Su omnipresente, kilómetrica, alocada y vivaraz protagonista de Evil Dead. La cámara.
Lejos de quedarse desactualizado, el lenguaje se adapta a nuestros tiempos, como el propio Ash, que siendo una antigualla ochentera, aún mantiene el ritmo.En este aspecto, el primer episodio incide precisamente ante esta idea, mostrándonos a un Ash acabado y poco menos que un despojo humano, cuyos días de gloria pasaron hace mucho. De hecho, su vida es un desastre. Es un perdedor, torpe, bocazas, carente de luces y que no se le da bien ninguna cosa excepto una: matando posesiones sigue siendo un número y para ello esta vez cuenta con dos personajes «MTV» que lo conectarán con nuestro presente tanto a él, como a la propia serie.


Para construir este discurso, Sam Raimi y su equipo retoman el mismo estilo de dirección y de ambientación dramática de las películas anteriores, creando cierta atmósfera malsana, con poseídos de risa histérica, contorsionismos tan dolorosos como imposibles y kilos de inquietante maquillaje. Como las películas antiguas, en las que se basa, Ash vs. Evil Dead no da miedo del todo, pero despierta la suficiente aprensión como para que disfrutemos con los disparos a la cabeza, desmembramientos excesivos y el doloroso uso del mobiliario como armamento improvisado. Para que la hemoglobina y las decapitaciones vuelven a ser igual de protagonistas que en las dos primeras partes, ha sido fundamental la elección del canal Starz como medio de producción y emisión. Este canal ha demostrado que no tiene miedo a la calificación de edades y que es capaz de mostar cualquier escena por atrevida que esta sea.


Ash vs. Evil Dead no va a ser un pepinazo de audiencias como The Walking Dead ni lo pretende. Estamos ante una serie bastante irónica, ácida y que habla a un público determinado, uno con bastante sentido del humor y que acepta convenciones surrealistas. Sin embargo, eso no implica que la serie de Sam Raimi no nos vaya a brindar pequeñas perlas como la participación de Lucy Lawless, cuyo personaje en este primer episodio no trasciende del cameo, pero que ya apunta maneras como uno de los principales atractivos del show.
Así que pensamos que este formato de capítulos cortos de 30 minutos es la mejor manera de traer ante nosotros uno de las grandes obras de culto de los 80. La experimentación, los nuevos y arriesgados directores y la expirementación con nuevas técnicas digitales de puesta en escena, deben devolver a Evil Dead ese espíritu pionero y novedoso que ofrecieron sus dos primeras películas y así volver a estar ante un «proyecto universitario» de serie B con la fuerza y grandeza de las grandes películas en este caso series, del género.Creemos que Ash vs Evil puede ser ese perfecto juguete que hace años perdimos los amantes del cine.