Puntuación: **
Visual: **
Narrativa: ***

Netflix ha empezado muy bien en el terreno de las series. Sin duda la gran plataforma de streaming tiene un plantel de series propias que puede denominarse como fantástico. Quizás aún no esté a la altura de HBO, pero, su comienzo es más que prometedor y su lineup de un nivel que alcanza el notable sin problemas. En cambio, no podemos decir lo mismo en el terreno de largometrajes, más con la crítica que hoy nos ocupa.

Adam Sandler firmó un contrato de cuatro películas en exclusiva para Netflix. A priori una gran idea que alegró a los afiliados y a los departamentos internos del canal. La primera película de este acuerdo fue Los 6 Ridículos, un western en formato de comedia que fue acribillado por la prensa en general pero que desde nuestro punto de vista y gracias a su reparto y a su atípica temática, tenía un punto de autonomía que no lo hacía excelente (ni notable) pero que tampoco lo convertía en un desastre total. Ahora nos llega The Do-Over, la segunda propuesta de Sandler para Netflix y que está vez sí creemos, que no hay nada que la salve.

Lo primero a destacar es que parece que estemos ante un film rutinario. Una especie de película de encargado donde tras la escritura rápida de un absurdo y poco inspirado guión se busca a alguien para que la interprete (Sandler seguro) y a alguien para que ponga la cámara en el lugar habitual y diga la palabra acción. Una vez pasadas las tres semanas de rodaje el material pasa a una mesa de montaje para que se edite y se prepare para su lanzamiento.
El film no tiene nada que pueda ser destacado. Su dirección es totalmente plana y de laboratorio (de llenado de cajas de huevo). Las actuaciones parecen estar ahí por obligación y pensando más en otra cosa y el guión, pues eso, un absurdo basado en el \”caca, culo, pene, tits\” que no atrapa ni al adolescente más absurdo y pimpollo.
Con estas tres aportaciones poco ya más se puede decir excepto que Netflix es una plataforma excelente llena de títulos de gran calidad que hacen que el tiempo nos prohíba disfrutar de la gran parrilla de que dispone, por eso, tras ver este film, me siento enfadado al haber perdido la oportunidad de ver un par de capítulos más de Narcos, de Black Sails, de Daredevil o de cualquier otra serie de calidad que habitan en este universo de diversión.
Creemos que es una idea genial el producir largometrajes exclusivos que sólo puedan disfrutarse aquí ya que te hace darles un valor especial. Ayer mismo, día de estreno de The Do-Over me preparé como si de un cine se tratase. Pero, de nada vale si la función consiste en un telefilme ridículo, soso, sin alma, sin estilo, sin gracia y sin presencia visual.

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