¿Para que verla si no va a continuar? Escribe hoy un redactor de un medio principal en temática cine y series de este país sobre una nueva propuesta de Netflix.


Y ese el gran problema que tiene el público actual y que la propia Netflix ha gestado.

El público (y lo que es peor, la teórica crítica) no entiende que el cine o incluso las series, no se deben ver por lo que pueda venir, sino por lo que ofrece mientras se están viendo. Es el fenómeno “cliffhanger” el que ha atrofiado el planteamiento de visionado del audiovisual. De nada vale que una serie continúe, si mientras la has visto no ha aportado motivos suficientes de entretenimiento o aprendizaje.
Cualquier producto o producción debe vivir de si mismo, de su oferta presente y no de su oferta futura. Estamos siendo engañados con enormes horas de aburrimiento y vacío justificado solo por una escena final que promete un futuro mejor que luego nunca llega a ocurrir.


Las obras deben nacer de un planteamiento autoconclusivo y solo después, ver si su legado debe o no continuar.
Netflix empieza a pagar los platos rotos de lo que ella misma ha fomentado y no me refiero a las cancelaciones, sino a la idiotización del espectador.