Colin Trevorrow nacido el 13 de septiembre de 1976 es uno de los directores y guionista de moda. Trás el éxito de la pequeña \’Seguridad no garantizada\’, el taquillazo de la grandiosa Jurassic World y el anuncio de que será el autor de la novena parte de Star Wars, este joven desconocido es ya todo un referente que aquí queramos que conozcáis. Por eso, hemos decidido recuperar aquel pequeño éxito de viajes en el tiempo lanzado en Sundance de hace 2 años.
Últimamente hay una tendencia a hacer ciencia ficción modesta, aquella con pequeñas variaciones respecto al mundo real que nos sirve para hablar de lo que nos interesa desde un punto de vista diferente. En Seguridad no garantizada, los viajes en el tiempo, el punto de partida de la trama, no son más que una excusa para contarnos una historia sobre el paso del tiempo, nuestra forma de mirar al pasado y el miedo que nos da el presente. Todos los personajes, protagonistas y secundarios, tienen historias que miran en esa dirección, y los minutos te van llevando sin que te des cuenta a una película mucho más inteligente de lo que parece.
El reclamo para mantenerte pegado a la silla se plantea desde el comienzo: ¿es el tipo que ha puesto un anuncio buscando compañía para viajar en el tiempo un lunático o sabrá de lo que habla? Como los periodistas que nos guían en el viaje, partimos con la intuición de que será un friki con mucho tiempo libre y pájaros en la cabeza, y efectivamente eso es lo que nos encontramos cuando le conocemos. Un tipo con apariencia de Marty McFly trasnochado, solitario y que trabaja en un supermercado.
El inteligente –y mucho más complejo de lo que pueda parecer a primera vista– guión del debutante Colin Trevorrow nos habla de la búsqueda de la felicidad y de cómo el ser humano suele asociarla a volver a algún momento atrás en el tiempo donde las cosas comienzan a torcerse y así poder cambiar el triste presente. Aquí no se ha creado una máquina del tiempo para poder salvar el mundo de un cataclismo o viajar a la época en que los dinosaurios poblaban la Tierra, sino que es la herramienta para corregir los errores del pasado y recuperar a un amor perdido. El tratamiento que Trevorrow le da a sus personajes es exquisito. Se nota a la legua que ama a sus criaturas y traslada esa empatía al espectador que, rápidamente, se encariña con estos entrañables frikis.
Ellos son Aubrey Plaza, Jake Johnson, Karan Soni y Mark Duplass, un grupo de lo más heterogéneo al que Trevorrow saca un impresionante partido gracias a 86 minutos que se dedican a explorar las curiosas interacciones que se producen entre la primera y el último —objeto de la investigación periodística y auténtico eje del filme—, entre aquella y sus dos compañeros de trabajo, entre éstos dos y, por último —aunque no menos importante—, la que se deriva del encuentro de uno de ellos con una antigua novia.
Resumiendo, diremos que estamos ante una comedia inteligente. Una película de cine indie americano buenrollista, con Aubrey Plaza de por medio y un poquito de ciencia ficción que
no solo que la acabaréis recomendando.
Tras ver este pequeño invento nos damos cuenta de porque nos resultó tan simpática la última Jurassic World y de porqué tenemos muchas esperanzas puestas en el último episodio de la nueva trilogía de Star Wars.
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