Cine Gratis | Señor de las bestias 1, 2 y 3 crítica y trilogía | La puerta del tiempo y El ojo de Braxus | 1982, 1991, 1996

Cine Gratis | Señor de las bestias 1, 2 y 3 crítica y trilogía | La puerta del tiempo y El ojo de Braxus | 1982, 1991, 1996

Cine Gratis | Señor de las bestias 1, 2 y 3 crítica y trilogía | La puerta del tiempo y El ojo de Braxus | 1982, 1991, 1996

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La trilogía de \’El señor de las bestias\’ nunca ha sido una de las sagas más famosas de la historia del cine, más que nada porque casi nadie sabe que es una trilogía. Su segundo capítulo apodado \’La puerta del tiempo\’ y su tercera llamada \’El ojo de Braxus\’, son puro desconocimiento aún contando todas con Marc Singer como estrella principal. Hoy es hora de conocerlas.

 
Aunque estamos hablando de una trilogía, preferimos centrarnos en sus dos continuaciones ya que son la gracia de este reportaje donde sacar a la luz \”tesoros\” perdidos que quizás nunca deberían ser desenterrados.
Así que hoy tenemos una especie de Grindhouse serie B donde ver dos sesiones que continúan la obra iniciada por Don Coscarelli en 1982 y que es de todos conocida…

Crítica El señor de las bestias 2: La puerta del tiempo (1991)

 

El bueno de Marc Singer protagonizó una entretenida (aunque no demasiado destacable) “El Señor de las Bestias”, allá por 1982 (ya sabéis, los ochenta hicieron mucho daño pero son la gloria a la vez). Diez años después y viendo que se recuperaban obras del pasado con gran éxito (por ejemplo Terminator), alguien tuvo la genial idea de volver a liar a Singer para enfundarse de nuevo el traje de Dar (o desenfundarse, ya que se pasa toda la película con apenas un taparrabos). Dicho y hecho, en pocos meses ya teníamos segunda parte en marcha y seguro que sus creadores se preguntaban: ¿Qué podría salir mal? Pues todo amigos. Todo.

 

Dar (Eric Singer) sigue siendo el Señor de las Bestias, un guerrero bárbaro creado a raíz de Conan (pero en delgadito)) capaz de comunicarse con los animales y dominar la espada como el mejor de su era. Esta vez vemos a Singer algo más fondón y con una peluca que parece de estropajo. Su malvado hermano, el cual viaja a través de un portal dimensional a otro mundo… que resulta ser el nuestro es el objetivo a derrotar y amigos, aquí empieza la gracia ochentera de la obra, bárbaros y poco de Regreso al futuro en pleno Los Angeles de inicio de los 90.
 
Según empieza la película, vemos que la única relación con su antecesora es Dar. Ni un ápice de continuación o de explorar el mundo de la primera entrega. La bella Tanya Roberts (éxito clave del original) ni aparece, y los hurones, lo más entrañable de la película, pasan a un triste segundo plano. Para rematar, se inventan un nuevo hermano, esta vez malvado. El malo y la bruja secuaz que le acompaña son bastante risibles, y aunque ella tiene un pase, él adopta un papel más propio de secundario cómico, bastante bochornoso. El humor creemos que debió ser la base del guión  yquizás el gancho que los creadores quisieron explotar dejando así a la acción en un segundo palno. Ya desde la escena en que la bruja abre el portal y le muestra la ciudad de Los Angeles y la poderosa arma de neutrones, el malo adopta una pose ridícula y cómica en su obsesión por conseguir la poderosa arma en nuestro mundo para conquistar el suyo. Algo extraño viendo que tiene un bastón que tira rayos que lo flipas…

 

 

 

Una vez dada lal trama, empieza lo bueno y es que Dar nada más llegar a L.A., se encuentra con una jovencita rebelde que conduce un Ferrari e hija inconformista de un senador conservador. Intentando ahondar así en las crisis de los conflictos generacionales, para darle calaje al guión. De un plumazo tenemos un sueño húmedo de videojuegos y es tener en la misma obra un Ferrari junto a un bárbaro de fantasía medieval. Así que nuestro bárbaro y la rebelde se hacen amigos mientras los malos intentan adaptarse al nuevo entorno, dando lugar a varias escenas supuestamente cómicas como la de la tienda de moda…
 
El resto no es cuestión de contarlo nosotros si no que lo veáis vosotros mismo pero, ya os avisamos que todo es previsible, simplón, infantiloide y quizás sin un ápice de interés al no ser por ese regusto a cine de videoclub de los 80 que a tantos les enamora. El tema es que los ochenta ya habían pasado y su presencia en pleno año 91 era defícil de justificar. Como dato curioso decir que necesitaron cinco guionistas así que ya tenéis una idea de su resultado. Ah, y su glorioso director fue Sylvio Tabet.
No antes, mencionar a Kari Wuhrer como la chica sexy de la función que si bien no es Tanya Roberts, decir que también tuvo su morbo durante aquellos inicios de los 90.

 

Crítica El señor de las bestias III: El ojo de Braxus (1996)


Y si la segunda parte fue un bochorno, atentos a la tercera. En este caso su director fue Gabrielle Beaumont y dejamos el celuloide para pasar directamente al formato de horrendo telefilm en el que Dar (El señor de las Bestias) debe rescatar a su hermano, el rey Tal. En su camino debe enfrentarse a una serie de \”aventuras\”, tales como saber si una chica (semidesnudita) que se encuentran les dice la verdad o no, o escapar de unos \”indígenas\” a los que llaman \”hombres de la selva, sigilosos como la brisa\” que se dedican a gritar y llevar la cara pintada.
 
El look total del film roza el ridículo ya que a finales de los 90 (año 1996 para ser exactos) el cine tenía una producción ya muy alta para estos ridículos que no se justifican ni aún siendo televisión. El rey Tal, el hermano de Dar lleva un modelito que no deja a nadie indiferente. Esa melena que le han encasquetado le hace parecer… una Jenny o una Vane más cercano a una reina vestida con botas altas de luchadora que a un soberano ilustre. Decir que el actor disfrazado es Casper Van Dien (Johnny Rico en Starship Troopers).
 

 

Las escenas de acción aburren, los soldados enemigos son tres y no se quitan el casco jamás (¿Por qué será?) y lo mejor… ¡disparan contra maniquies! No se han esforzado en que parezcan otra cosa. 
En cuanto a los decorados son un verdadero desastre, de hecho se habla de una ciudad que no llegamos a ver nunca y de una fortaleza que resulta ser una cueva hecha de cartón piedra.
Y si hablamos del vestuario es desde luego muy llamativo y muy colorista pero recuerdan a los usados en las obras de teatro para aficionados.
 
 
El resultado es una obra atroz digna de ser expuesta en un curso de \’lo que no se debe hacer nunca a la hora de rodar un film\’.
Como curiosidad final uno de sus diálogos…
 
– ¿Dónde encierra el rey Egan a sus prisioneros?
– En los calabozos
 
Sobre Singer decir que aguanta bien el paso del tiempo en su físico y que como siempre, sigue con su rostro habitual. La chica esta vez fue la desconocida Sandra Hess que nosotros pasamos a descubrir…

 

Ver película completa El señor de las bestias 3 El ojo de Braxus