¿Es la gran deshonra de los 80s? Podría ser…

Era el mágico año de 1984 y, bajo la alargada sombra del personaje de Indiana Jones, Robert Zemeckis traía su propia versión aventurera de un nuevo héroe casatesoros. Ese héroe era Jack Colton encarnado por Michael Douglas quien junto a Joan “Kathleen Turner” Wilder nos dejaba una película mítica que se asomaba como nueva franquicia de éxito.Tras el corazón verde era el nombre de aquel filme que arrasó en taquilla, opinión y premios. Ahora sólo había que esperar a la tan deseada segunda entrega y para desgracia, solo hubo que esperar un año…

Para sorpresa de todos, en 1985 ya teníamos disponible una segunda entrega. En un año, el director Lewis Teague, el guionista Mark Rosenthal y los productores del filme, habían sido capaces de escribir una nueva historia de Wilder y Colton, rodarla y estrenarla, un récord de tiempo al alcance de pocos.Qué es lo que pasa cuando no se trabajan las cosas y solo se vive para recaudar, pues que el producto lo resiente y mucho. Los productores consiguieron recaudar más dinero con La Joya del Nilo, que con Tras el corazón verde, 83 millones de primera entrega por 90 de la segunda, pero, como serían las críticas y la sensaciones que dejó, que jamás se volvió a plantear realizar una tercera entrega aún con el éxito que cosechaba por aquel entonces su trío protagonista. También dicen que la relación amorosa que tuvieron Michael y Kathleen tampoco ayudó.Sea como sea, las prometedoras aventuras de Wilder y Colton terminaron para siempre gracias o por culpa de esta desastrosa Joya del Nilo. 
MUCHO OCHENTA POR FUERA PERO POCO POR DENTRO. 
La Joya del Nilo sigue a rajatabla las leyes fílmicas del cine de los 80s. Su puesta en escena, su montaje, su música, el sonido y la temática, es totalmente representativa del buen cine comercial de aquellos años, pero, la falta de cuidado y las prisas, hicieron que el filme fuese una calamidad en todos estos aspectos citados. Aunque ahora los 80s se han mitificado, en aquellos años había tan mal cine como ahora y La Joya del Nilo es uno de estos ejemplos. Para empezar, la película de Lewis Teague no supo armonizar la acción y el humor. Mientras Tras el corazón verde, armonizaba de forma perfecta el humor, para que cuando llegase la acción esta se siéntese tensa, en La Joya del Nilo, todas las secuencias de acción son un mero squetch sacado de películas al estilo de Aterriza como puedas, para colmo, la planificación de las mismas es horrenda y en ningún momento vemos alguna secuencia de acción que pueda sorprender o emocionar al espectador. Encims, la secuencia final, es una de las escenas de acción finales más insulsas, anodinas y mal filmadas de todo el cine de aquellos años con unos efectos visuales horrendos y un concepto de la acción digno de la peor serie televisiva de aquellos años.

Otro aspecto terrible es la desmitificación de los héroes y es que, si bien es cierto que Joan es la mejor parada, Jack se ve como una caricatura total del personaje malicioso y canalla visto en la película de Zemeckis. Su cambio es tan radical que es imposible asociar que estamos ante la misma persona. Los secundarios ya sea DeVito o el villano son dos estupideces escritas por un becario en pleno colapso creativo y dólo Alyawara (La Joya del Nilo), posee algunos momentos cómicos de esos que te sacan la sonrisa.
Por lo tanto, La Joya del Nilo abandonó la aventura y la acción de la original, para abonarse unicamente a lo cómico pero ni siquiera aquí funciona como es debido ya que su estructura no es la de comedia, sino la de cine de acción. La película gastó presupuesto para dejar escenas como la huida a bordo de un caza a ras de suelo pero como todo el mundo puede ver, la tensión y la acción no fueron contempladas por el equipo creativo dejando pues, un squetch a lo Buster Keaton de mucho presupuesto pero de menos gracia que las que realizaba el mitico actor. Además, la química de los héroes adquiridas en la primera entrega y los momentos de romance desapareció y tras ver la película donde ni siquiera hay joya real, no sabemos ya a qué aferrarnos para poder sacar algo que nos guste. Ni acción, ni aventura, ni romance y ni siquiera bien humor. Un desastre que la convierte en una joya podrida de los 80s.