Puntuación: ****
Visual: ****
Narrativa: ***
Era una las propuestas más llamativas del año y al final ha cumplido casi como se esperaba. Un apartado visual apabullante y una narrativa no apta para todos los públicos que se degusta como una seca ginebra decorada con la copa más bella posible.
Tom Ford, diseñador de éxito metido a director en los últimos tiempos («Un hombre soltero»), plantea dos escenarios totalmente contrapuestos en uno solo: el relato, salvaje, violento y muy cruento, del relato ficcionado; y el real, donde Amy Adams recrea su vida actual en plena lectura.
Hace una semanas veíamos como Nicolas Widing-Refn estrenaba The Neon Demon y en ella, la parte más oscura de la moda se afincaba en una belleza superflua pero hipnotizante que explotaba en un acto total de violencia demoníaca y salvajismo puro. Ahora, la moda va dentro de la óptica de su director y por tanto el \»estilo\» y la belleza visual de la obra se representa de forma menos artificial pero igual de eficiente.
La narrativa en cambio es más canónica que la de la obra de Refn y opta por la dualidad y los contrastes entre dos mundos, el real y el de ficción, A partir de aquí el director elabora un filme compacto y brillante, de blancos y negros muy acusados, desierto y polvo, joyas y glamour, pero en el que con mucha sutileza y elegancia va desarrollando la trama hacia un lado muy dramático, hacia una venganza soterrada, intelectual, mientras que página tras página el personaje de Gyllenhall va cubriendo con un manto de culpa, casi invisible, al objeto de su desamor.
Así estamos ante una obra distinta, un tápiz solitario lleno de matices y diseños que trata al espectador con inteligencia para ser habilidosa en algunos tramos, inquietante en casi todos y con un cierto tono ocre representado en ese descarnado personaje que interpreta Michael Shannon.
Un final mayúsculo, lleno de desesperanza y desasosiego remata un ejercicio de personalidad y distancia que nos aleja tanto como nos acerca y que nos enamora tanto como nos golpea. Sin duda queremos que Ford regrese pronto y nos vuelva a dejar un film tan distinto, tan distante y tan atrayente como este.
Así la hemos ido presentando…
Sin duda es una de las películas claves del año y su pase por la Mostra de Venecia así lo ha demostrado. Desde su debut en 2009 con Un Hombre Soltero donde también triunfo en Venecia, el siguiente largometraje del debutante director Tom Ford, era uno de los films más espeados, ahora por fin ya está aquí y como todos pensaban, la nueva propuesta de Ford va a volver a entusiasmar a los amantes del cine.