Ronald D. Moore es uno de los showrunner más atractivos de la parrilla. El creador del reboot de Battlestar Galactica se puede considerar como el alumno aventajado de J.J. Abrams. Ahora tras el \”fiasco\” de Helix, volvió a la pantalla con Outlander. Ahora, tras finalizar la segunda temporada, la serie se ha hecho mayor y se ha convertido en uno de los seriales más interesantes del momento. Y una vez más, del canal Starz.
Outlander ha emitido ya su segunda temporada, y solo podemos transmitir buenas sensaciones de lo visto hasta ahora. A modo de Battlestar Galactica, Outlander nos pone ante una nueva búsqueda o regreso a los orígenes.
Teniendo el reto de adaptar las novelas de Diana Gabaldon (que están cargadas de dramatismo, intensidad y lágrimas) Ronald D. Moore logró con el piloto de Outlander que te quedases atrapado y con ganas de seguir viendo esta apasionante historia.
Esta vez la ciencia ficción deja paso a priori al \’film (serie en esta caso) de época\’ y al drama romántico, de este modo se repiten algunos de los patrones como la citada búsqueda o el regreso al hogar perdido que ya vimos en la famosa odisea espacial.
La trama nos narra como una joven sufre un viaje en el tiempo para volver al mismo punto y ante los mismos seres que conoce, a excepción de que son sus antepasados de hace más de un siglo. A partir de aquí el amor, la acción, el drama y la ambientación histórica son el acompañante perfecto para que está nueva propuesta de Moore guste nada más saborear su primer episodio.
Pero, como dijimos sobre dejar la ciencia ficción por el drama de época era siempre a priori, ya que al final, acaban entrando en escena los viajes en el tiempo y por tanto, las diferentes épocas. Así, Outlander crece exponencialmente en su segunda temporada y se convierte junto con Black Sails y Ash vs Evil Dead, en el mejor exponente de lo que es una serie del canal Starz, es decir una serie madura, arriesgada y con un acabado visual a la altura de muy pocas.