LOS JUECES DE LA LEY by Lucen | Peter Hyams entre thriller, suspense y acción

LOS JUECES DE LA LEY by Lucen | Peter Hyams entre thriller, suspense y acción

LOS JUECES DE LA LEY by Lucen | Peter Hyams entre thriller, suspense y acción

Era una tarde del 5 de agosto de 1983, El sol entraba por la vantana del apartahotel dejando rayas negras impresas en la húmeda pared de esa especie de salón, dormitorio y cocina todo en uno. Peter Hyams estaba sentado observando el citado atardecer sabiendo que venía de realizar ‘Capricornio Uno’ y ‘Atmosfera Cero’ lo que lo situaba en una posición perfecta dentro de Hollywood para conseguir financiación fácil y para decidir qué quería afrontar. Quizás por eso o por cansancio, quiso meterse en algo más pequeño que sus dos trabajos anteriores y para ello recurrió a una historia no original que solo tuvo que adaptar.

Los jueces de la ley era aquel trabajo que se estreno en aquel agosto del 83, una película mucho más modesta y relajada en términos de realización y producción lo que se notaba desde el inicio. El director de aquella joya llamada, ‘Manos sucias en la ciudad’ estaba consiguiendo un estatus más que justificado y sus obras siempre eran de interés aunque cierto es también que Peter nunca tuvo el prestigio de sus coetáneos más pomposos como Coppola, Scorsese, Lucas, Spielberg o DePalma. Eso claro está, le convertía en un realizador distinto a ellos, de otra pasta y con capacidad para atreverse a todo.

El fondo de aquella historia a contar volvía al tema principal que el director usaba en sus películas, funcionarios o personas encargadas de mantener el orden o la ley, que eran superadas por la corrupción del propio sistema. Si en las otras películas este tema estaba en los fondos de los acontecimientos y en los recovecos del corazón de sus personajes, en LOS JUECES DE LA LEY, era el hilo conductor y la declaración principal de intenciones.

El problema de aquella trama venía en su forma de ser tratada, se notaba en demasía que era una obra menor, un puente entre dos caminos y de ahí que partes como la intimidad marital o los propios juicios, fuesen llevados a escena sin luz, sin textura y sin cariño suficiente para verse como un largometraje en vez de como un telefilme. Pero el amigo Peter no era un cualquiera y cuando quería impactar lo conseguía y de ahí que las reuniones taciturnas y silentes de los jueces vengadores si fuesen tratadas como cine de verdad con imágenes oscuras y brumosas donde los verdes de las lamparas bibliotecarias servían de foco acusador a las decisiones allí vertidas. Además en cierto momento, las inquietudes de cine de acción hacían acto de presencia y de este modo dos escenas abandonan la tranquilidad de la puesta en escena para entrar de lleno en cine de persecuciones y acción con una secuencia de parking y huidas a la altura de lo que a todos queremos ver en estos terrenos.

La tarde tocaba a su fin y la película producida por Frank Yablans (“La furia”, 1978), antiguo presidente de Paramount. Escrita y dirigida por Peter Hyams, rodada en exteriores de LA y en plató. Se estrenaba aquel 5-VIII-1983.

La acción tenía lugar en LA en 1982/83, narrando la historia de Steve Hardin (Michael Douglas), joven juez de la Corte Superior de Justicia de LA, idealista y riguroso, que se siente contrariado y desolado cuando en dos ocasiones ha de dejar en libertad a los presuntos autores de crímenes reiterados, a causa de lagunas legales y tecnicismos jurídicos. Su malestar es recogido por su mentor, el juez Benjamin Caulgield (Hal Holbrook), que le invita a formar parte de un grupo secreto de 9 jueces que revisan casos de presuntos delincuentes no juzgados por problemas legales relacionados con las pruebas. Algunos policías corruptos ejecutan sus decisiones.

“Los jueces de la ley”, desarrolla un thriller de acción y suspense que contiene todos los tópicos del género: persecuciones a pie, coches a la carrera, explosiones incendiarias, peleas a puñetazos, ambientes sórdidos, escenas de venganza, enfrentamientos a tiros y las peripecias espectaculares del héroe. Es destacable el sorprendente travelling final que aleja la cámara de la imagen hasta que entra en pantalla el coche del detective Harry Lowes (Jophet Kotta) para despedirse así de la historia y de nosotros, los lectores de esta trama detectivesca donde el actor Michael Dougles se erige por primera vez en lo que sería años después, uno de los grandes rostros del cine de los 80s y de los 90s.

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