Birdman ya avisó el año pasado que la industria pesa mucho en el voto del Oscar. Por eso, tras el triunfo de Spotlight en los premios otorgados por esta, la quinielas empezaban a mirar a la obra de Tom McCarthy como posible favorita a llevarse la preciada estatuilla. Al final lo ha conseguido pero es que además, no es un premio injusto.
Nominada a cinco Oscar’s (ha ganado 2), entre ellas mejor dirección y mejor película, ‘Spotlight’ se postulaba como una de esas obras de perfil bajo que gustan e incluso enamoran a todo aquel que se acerca a ella pero que nunca llega a ocupar portadas, clips de vídeo o señales de que existe. Sin duda, Spotlight nunca será un film de masas e incluso habiendo ganado el Oscar, nunca formará parte de los highlights de Hollywood pero deja claro que al menos, permanecerá en el recuerdo de emociones de todo aquel que asista a su proyección.
La trama
En 2001 ya los periódicos de todo el mundo notaban una bajada de las ventas de sus diarios con la proliferación de medios de comunicación online y el diario Boston Globe fundado por Eben Jordan en 1872 no fue una excepción, tras su venta al New York Times en 1992, no fue hasta la salida de los último miembros de la familia Jordan cuando The New York Times comenzó ha realizar cambios en el Boston Globe, uno de ellos fue la contratación de Marty Baron interpretado por Liev Schreiber. A su llegada lo primero que hizo fue reunirse con el jefe de ‘Spotlight’, Walter “Robby” Robinson (Michael Keaton), un equipo de investigación que elegía sus propios temas de investigación formado por los reporteros Sacha Pfeiffer (Rachel McAdams) y Michael Rezendes (Mark Ruffalo) y el investigador Matt Carroll (Brian d’Arcy James). Estos reciben la sorprendente orden del nuevo editor de realizar el seguimiento de un antiguo caso en el que un sacerdote de Boston fue acusado innumerables abusos a menores desde los años 70 sabiendo que enfrentarse a la iglesia católica tendría repercusiones importantes dentro de la comunidad. Poco a poco, la trama empieza a complicarse…
El film
La película parte como un documental en su árida puesta en escena pero no hablamos de un absurdo found footage de cámara en mano, sino de una puesta en escena canónica fílmicamente hablando pero sin ningún tipo de floritura visual tanto en la citada puesta en escena como en el resto de adornos artísticos. Spotlight de este modo nos acerca de una forma mucho más real a los incidentes siendo estos (el guión) y sus actores, los que llevan el peso de la función.
Esta decisión hace que el film no guarde planos para el recuerdo pero en cambio si hace que lo recordemos en su conjunto, mucho tiempo después su visionado.
El trabajo del elenco protagonista es la clave y para ello se ha decidido no forzar la dramatización y dejar una actuación mucho más natural. Así, Ruffalo y McAdams han sido premiados justamente con una nominación al Oscar para ambos a los que podría haber acompañado alguno más como Stanley Tucci que ha pesar de no tener tanto peso en la trama, llena la pantalla en cada una de sus apariciones.
De este modo, el film se intuye como una obra inteligente en su concepción. Una de esas producciones en las que se acierta desde su planteamiento original a la hora de ser llevada a escena al apostar por una producción que acabará recibiendo calificaciones despectivas de telefilme del cual nada tiene y del cual, acabaremos atrapado una vez se abra el telón.
Spotlight en su ornamento es una obra modesta, humilde quizás, pero, es una de esas obras con interior férreo, valiente, comprometido y que cumplen una función de denuncia que el cine nunca debe olvidar. Quizás Mad Max o El Renacido sean los hightlights de esta ceremonia de Oscar\’s pero, Spotlight ha sido su corazón.
Tráiler
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