«Joker: Folie à Deux» se erige como una empresa artística audazmente suicida, en la que Todd Phillips deconstruye a su protagonista hasta los cimientos más ontológicos, revelando la vacuidad de pretender subsumir esta obra en las categorías anodinas del blockbuster de superhéroes. La película se disloca conscientemente de los cánones del cine de masas, transgrediendo sus fronteras no solo en términos narrativos, sino también simbólicos, afirmando con brutal honestidad que su pertenencia nominal a ese género responde únicamente a la fría lógica de taquilla y mercadotecnia, mientras su núcleo discursivo escapa deliberadamente de toda superficialidad.
Phillips realiza aquí un ejercicio de depuración casi quirúrgico, despojando a Arthur Fleck de cualquier vestigio de heroicidad o reivindicación popular, desmantelando al personaje hasta su esencia más desamparada y mostrando su trágica imposibilidad de encarnar una figura revolucionaria. Arthur se revela como una sombra de sí mismo, un eco vacío atrapado en la maquinaria social, donde su alter ego, el Joker, es únicamente la proyección de una psique destrozada y abandonada por un sistema que solo contempla al monstruo, no al hombre. En esta dolorosa exégesis, Phillips nos invita a asistir a una metamorfosis existencial, donde la propia sociedad alimenta la monstruosidad de Arthur, invisibilizando su humanidad en favor del ídolo nihilista que el Joker encarna.
El concepto mismo del título, Folie à Deux, refleja la complejidad de la psique compartida entre Arthur y Harley Quinn, en un despliegue de psicosis co-constituida que subvierte la dinámica individualista del cine de superhéroes, elevando la narrativa a una dimensión filosófica, casi fenoménica, de la locura. Aquí, el Joker no es ya un villano convencional, sino un epítome del ser arrojado a su propia abyección por un mundo incapaz de ver más allá de la máscara. La construcción dual de Arthur-Joker se entrelaza con las expectativas externas, configurando una identidad permeada por las proyecciones de los otros, en una dialéctica trágica donde la voluntad del personaje se diluye frente a la inexorable presión social que lo constriñe.
La música, como dispositivo narrativo, se desprende de la función tradicional del musical hollywoodiense y adquiere aquí un carácter metafísico: no es una celebración de emociones, sino una válvula de escape hacia un mundo de fantasía ilusoria que Arthur nunca podrá alcanzar. Los homenajes musicales a Gershwin o Bacharach no son meras referencias estéticas, sino resonancias de una tradición artística que subraya la ironía existencial del protagonista: mientras la música le ofrece un refugio transitorio, simultáneamente lo arrastra más profundamente a la locura, recordándole lo inasible de su redención. En este sentido, Phillips transforma el musical en un espacio de alienación, donde cada acorde refuerza el abismo entre la fantasía y la realidad.
Si la primera entrega de Joker oscilaba en torno a la violencia explícita como forma de rebelión social, Joker: Folie à Deux opta por una introspección mucho más contenida, pero igualmente perturbadora. La acción cede su espacio a un profundo cuestionamiento moral y existencial, donde la culpa y la inocencia se difuminan en un debate que trasciende la mera narrativa judicial. Arthur no es simplemente juzgado como un asesino; el verdadero juicio se lleva a cabo sobre las estructuras que permiten y perpetúan su destrucción. Phillips sugiere, con una melancolía devastadora, que no hay respuesta clara a esta tragedia humana: lo que queda es un retrato dolorosamente íntimo de la alienación moderna.
De este modo, Joker: Folie à Deux se desprende de cualquier intento de anclaje en el cine de entretenimiento popular, y lo hace con una elegancia casi funesta. Al desarmar el arquetipo del superhéroe y sumergir al espectador en un viaje reflexivo sobre el fracaso de la sociedad en reconocer la fragilidad humana, la película se configura como un comentario profundo sobre la naturaleza de la identidad y la locura. No hay espectáculo aquí, sino una metanarrativa sobre la deshumanización, sobre cómo el arte puede ser corrompido por la necesidad de encajar en moldes preestablecidos que, al fin y al cabo, no hacen más que erosionar su auténtico significado.
La Audacia de Joker: Folie à Deux
La decisión de convertir la secuela de Joker en un musical es, sin duda, un movimiento audaz y arriesgado que merece ser aplaudido. Representa un alejamiento de las fórmulas seguras y predecibles que dominan el panorama cinematográfico actual, y abre un espacio para la experimentación y la innovación.
¿Por qué es tan importante este riesgo?
- Desafío a las convenciones: El cine de superhéroes, a menudo asociado con la acción frenética y los efectos especiales, se ve aquí enriquecido con una nueva dimensión artística. La música y el baile no solo sirven como elementos estéticos, sino que también profundizan en la psicología de los personajes y exploran nuevas facetas de su mundo interior.
- Un nuevo lenguaje cinematográfico: Al fusionar dos géneros aparentemente dispares como el cine de superhéroes y el musical, los creadores de Joker: Folie à Deux están creando un nuevo lenguaje cinematográfico, expandiendo las posibilidades narrativas y formales del cine.
- Un llamado a la originalidad: En un mercado cinematográfico saturado de secuelas y remakes, este proyecto es un recordatorio de la importancia de la originalidad y la creatividad. Al tomar riesgos, los cineastas invitan al público a reflexionar sobre el cine y a demandar experiencias más enriquecedoras.
Más allá de la audacia:
Si bien la decisión de convertir Joker en un musical es digna de elogio, es importante analizarla con un enfoque más nuanzado. No podemos afirmar con certeza que esta película será una obra maestra o que revolucionará el cine. Sin embargo, sí podemos reconocer su valor como un experimento audaz que merece ser discutido y analizado.
Preguntas clave a considerar: - ¿Cómo se integra la música en la narrativa? ¿La música refuerza los temas de la película o distrae al espectador?
- ¿Cómo reaccionará el público a esta elección? ¿Estarán dispuestos a aceptar un Joker cantando y bailando?
- ¿Podría este experimento inspirar a otros cineastas a tomar riesgos similares? ¿Abrirá la puerta a nuevas formas de contar historias?
En definitiva, Joker: Folie à Deux es una película que nos invita a reflexionar sobre el estado actual del cine y a cuestionar nuestras expectativas. Sea cual sea el resultado final, este proyecto ya ha dejado una huella en la historia del cine, demostrando que aún hay espacio para la innovación y la sorpresa.
En conclusión, la decisión de convertir Joker en un musical es un paso valiente que merece ser reconocido. Si bien el futuro de esta película aún está por escribirse, su simple existencia es una señal de que el cine sigue evolucionando y que los cineastas están dispuestos a explorar nuevos territorios.
¿Qué opinas tú sobre esta arriesgada decisión? ¿Crees que el cine de superhéroes necesita más experimentos como este?
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Han aparecido imágenes de Lady Gaga y Joaquin Phoenix en el plató de la próxima secuela del Joker: Joker: Folie à Deux.
Se puede ver a la pareja bailando en la escalera que se hizo famosa en la primera película del Joker, situada cerca de la avenida Shakespeare en el Bronx, Nueva York.
Ambos llevan maquillaje de payaso manchado y se les puede ver bailando, fumando y riendo en las tomas juntos. También hay una en la que parecen besarse.
Gaga interpretará a Harley Quinn en la próxima película, que se rumorea que será un musical. descargar Joker 2: Folie à Deux Torrent
Echa un vistazo a algunas de las imágenes del set aquí:
Margot Robbie ha expresado recientemente su opinión sobre el papel de Gaga como Quinn en la próxima película. Robbie ya interpretó al personaje en tres películas de DC no relacionadas: Escuadrón Suicida (2016), Birds Of Prey (2020) y The Suicide Squad (2021).
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Hablando del casting de Gaga, Robbie dijo a MTV News en una entrevista reciente: «Me hace muy feliz porque desde el principio dije que lo único que quiero es que Harley Quinn sea uno de esos personajes, del mismo modo que Macbeth o Batman siempre pasan de gran actor a gran actor».
Robbie continuó explicando cómo no siente que los personajes femeninos reciban el mismo trato, aunque reconoció que pudo encarnar a la reina Isabel I después de Cate Blanchett.
«Es un gran honor haber construido una base lo suficientemente sólida como para que Harley pueda ser ahora uno de esos personajes que otros actores tienen la oportunidad de interpretar», añadió. «Creo que hará algo increíble con ella».
Gaga confirmó su participación en Joker: Folie à Deux en agosto, compartiendo un teaser en las redes sociales. La secuela estará dirigida por Todd Phillips y comenzará a rodarse en diciembre.
La película, cuyo estreno está previsto para el 4 de octubre de 2024, supondrá el regreso de Zazie Beatz, así como de los recién llegados Brendan Gleeson y Catherine Keener.
Al igual que la primera película, la secuela no tendrá relación alguna con el Universo Extendido de DC. descargar Joker 2: Folie à Deux Torrent