Conoce la magia del VHS | Historia, pasado, presente y futuro

Conoce la magia del VHS | Historia, pasado, presente y futuro

Conoce la magia del VHS | Historia, pasado, presente y futuro

Para un amante del cine hay dos lugares que son o fueron las más placenteras del mundo. Una claro está es entrar a una sala de cine. Esa sensación formada por varios factores como es el aroma del conjunto de estancias, el vacio sonoro que se produce por las moquetas, las oscuridad de la sala de proyección y el pistoletazo del primer tráiler, son sin duda uno de los motores principales para que generar cinefilia y pasión, el otro lugar fue el videoclub.

El videoclub fue el otro gran templo que ha generado el cine. Aquellos locales de barrio con escapartes llenos de póster y estanterías llenas de cintas de video, fueron sin duda los grandes generadores de amor por el séptimo arte. Aquellas cientos de películas estaban expuestas en dos formatos de forma general, el VHS y el Betamax, ya que el video 2000 fue practicamente anecdótico. De los dos formatos principales, el VHS terminó llevándose el gato al agua al menos hasta la llegada del DVD, hoy vamos a hablaros un poco de este genial y extinto formato analógico.

El sistema de video VHS (Video Home System) ha dejado una huella indeleble en la historia del entretenimiento doméstico, marcando una época donde los hogares tenían estantes llenos de cintas de vídeo y las noches de los viernes se pasaban en la tienda de alquiler de vídeos local. Este formato, que dominó la escena durante décadas, sigue siendo un ícono de la era analógica.

Conoce la magia del VHS | Historia, pasado, presente y futuro

Orígenes y Desarrollo
El VHS fue desarrollado por JVC (Victor Company of Japan) y lanzado al mercado en 1976. Rápidamente se convirtió en el estándar dominante para la grabación y reproducción de vídeo en el hogar. Su principal competidor fue el Betamax de Sony, pero la duración más prolongada de las cintas VHS y la disponibilidad de títulos contribuyeron a su popularidad.

Formato y Tecnología
El VHS utilizaba cintas magnéticas de 1/2 pulgada de ancho para almacenar información de vídeo y audio. El formato era conocido por su resolución estándar y calidad de imagen relativamente baja en comparación con los estándares actuales, pero en su apogeo, proporcionaba una experiencia visual aceptable.

La longitud de reproducción dependía de la velocidad de grabación. Las cintas VHS estándar ofrecían aproximadamente dos horas de reproducción, mientras que las cintas de mayor duración, como las de seis horas, sacrificaban calidad por cantidad.

Alquiler de Vídeos y Colecciones Domésticas
El auge de las tiendas de alquiler de vídeos a fines de los años 70 y 80 cambió la forma en que las personas consumían películas. Blockbuster y otras cadenas de alquiler permitían a los espectadores acceder a una amplia variedad de títulos sin necesidad de comprar cada película por separado. Esto impulsó la cultura del cine en el hogar y llevó a que muchos hogares construyeran extensas colecciones de cintas VHS.

La Guerra de los Formatos y la Transición a DVD
A finales de la década de 1980, la guerra de formatos entre VHS y Betamax llegó a su fin con la victoria definitiva de VHS. Sin embargo, la llegada del formato DVD en la década de 1990 marcó el inicio de la transición a medios digitales. La resolución mejorada y la capacidad de almacenamiento superior del DVD hicieron que el VHS pareciera obsoleto.

Legado y Nostalgia
A pesar de su declive, el VHS sigue siendo un objeto de culto para muchos. La estética única de las cajas de VHS y las cintas, así como la experiencia táctil de rebobinar y adelantar manualmente, evocan recuerdos nostálgicos para aquellos que vivieron la era del VHS.

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Conclusión
El sistema VHS desempeñó un papel fundamental en la evolución del entretenimiento en el hogar. Aunque hoy en día ha sido reemplazado por formatos digitales de alta definición, la era del VHS sigue siendo recordada con cariño por aquellos que crecieron disfrutando de películas desde la comodidad de sus hogares, con un zumbido característico al insertar una cinta y la experiencia única de navegar por pasillos de cintas en una tienda de alquiler. El VHS puede haber quedado atrás en términos de tecnología, pero su legado vive en la nostalgia de una época analógica que cambió la forma en que experimentamos el cine en casa.

UN POCO MÁS DE HISTORIA

Conoce esta breve reseña sobre las películas VHS, siglas que se traducen como Video Home system; un formato popularmente identificado en español como sistema de video doméstico, gracias al cual era posible disfrutar dentro del hogar de las producciones de la pantalla grande del momento; no te lo pierdas.

¿Qué son las películas VHS?
Un VHS se trata de un sistema doméstico de grabación y reproducción basado en una cinta magnética o, si se quiere, un sencillo video-casete, similar al audio casete, con la diferencia de que en este caso tiene la capacidad de almacenar también imágenes en movimiento en su cinta de una y media pulgada.

En lo referente a su anatomía, las películas VHS cuentan con una cinta magnética alojada en un videocasete de plástico grande y un único lado de reproducción.

Además posee dos carretes internos, gracias a los cuales dicha cinta se desplaza de un lado a otro mientras se accede a ella por un punto de apertura protegido con una tapa de cierre automático.

Los VHS se desarrollaron en la década de los 70, siendo su creador Japan Víctor Company, empresa dedicada a la creación de dispositivos electrónicos de uso doméstico y profesional, identificada mediante las siglas JVC.

Se lanzó al mercado en el año 1976 teniendo como empresa matriz la Matsushita de Panasonic.

En aquellos años, este novedoso formato de audio y video se lanzó para competir con Betamax de Sony, también identificado como Beta y que ganó mucha popularidad a principios de 1975 por tratarse de una alternativa para el clásico casete de audio lanzado por la empresa Phillips.

De esta manera comenzó lo que se conoció como la guerra de los formatos, con una intensa competencia entre ambos fabricantes e incluso con el desplazamiento de uno por otro dentro de los hogares en función de calidad y precio.

Sin lugar a dudas, el sistema VHS se popularizó por tratarse de tecnología novedosa para la época y se convirtió en un estándar del video doméstico al menos a lo largo de unos 20 años.

Su éxito estuvo en gran parte en el manejo de sus estrategias de comercialización y por contar con un sistema de licencia mucho más flexible que el de Sony para su formato Betamax.

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Los fabricantes de las películas VHS cubrieron las necesidades de los usuarios, ofreciendo mayor tiempo de grabación continua dentro de un mismo casete. Llevaba hasta 6 horas de grabación, a diferencia de los primeros Betamax de tan solo unas 3 horas.

Incluso se llegaron a vender en el mercado VHS de 8 y 10 horas continuas de grabación, lo que resultaba más adecuado para la exigencia de muchos consumidores.

Por otro lado, VHS realizó alianzas con los distribuidores cinematográficos más aclamados del momento, como fue el caso de Disney, Paramount y otros.

En definitiva Sony, fabricante de Betamax, admitió su derrota en 1988 y prácticamente sus cintas pasaron a ser objetos de colección. Pero todo tiene su auge y caída, en virtud de que los avances tecnológicos no se detienen.

A principios del siglo XXI, los reproductores de películas VHS ya no fueron comercializados a gran escala, debido a que los consumidores los sustituyeron por el naciente nuevo formato de almacenamiento óptico conocido como DVD.

Se trató de un video en disco con amplias ventajas sobre las cintas magnéticas, no solo por el hecho de que sus grabaciones se mantenían en perfectas condiciones con el paso del tiempo (a diferencia de las realizadas en VHS), sino que también la capacidad de hacer copias de respaldo era más rápida y fácil.

No obstante, entre los años 2000 y 2005 se siguió utilizando la tecnología VHS, pero en este caso como una alternativa de respaldo para diferentes grabaciones, como por ejemplo, en videos de vigilancia.

LOS ÚLTIMOS “VIDEOCLUBS” EN VHS

Hasta 50.000 euros por cinta: los últimos coleccionistas de VHS hacen fortuna con los vídeos que tú has tirado a la basura
Su objetivo es claro: seguir alimentando sus estanterías con clásicos y ediciones especiales que se encuentran desperdigadas entre páginas de segunda mano y videoclubs abandonados
Aunque el formato murió en 2006, algunas empresas se dedican a reimaginar títulos actuales en este soporte para satisfacer el ansia de los seguidores más fieles
Sergio Colmenar lleva coleccionando VHS desde bien pequeño: en la actualidad, atesora más de 3.000 cintas.

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1.300 euros. Esa es la cantidad que Antonio Soler acaba de desembolsar por un VHS de Cristal oscuro. La cinta de Jim Henson y Frank Oz viene un poco magullada, aunque conserva la pegatina original del precio. Es la número 4.356 de una colección que empezó desde bien pequeño y que, a sus 56 años, apenas le cabe ya en casa. En este tiempo, nunca ha escatimado en el dinero. Es un enamorado del formato y, como tal, ha invertido buena parte de sus ahorros para satisfacer su gran pasión.

“Me he pasado 12 años buscando esta edición concreta. Prácticamente, nadie la conocía… era como si jamás hubiese existido. Al final, apareció en una página web de segunda mano y no me pude resistir”, asegura orgulloso. “Es un clásico del cine fantástico. Revolucionó una época gracias a su particular manera de utilizar las marionetas para contar historias. Marcó mi vida a fuego”. Para él, es casi un tesoro. De ahí, el pastizal.

Ahora bien, esta cifra no es una de las más altas que pueden hallarse en internet. Ni de lejos. En portales como Wallapop o Ebay resulta habitual encontrar filmes a los que sólo una minoría podría acceder. Es el caso, por ejemplo, de los primeros lanzamientos de La Cenicienta (1950), Aladdin (1992) o Pocahontas (1995), que ascienden a 6.349, 1.766 y 1.289 euros. Los tres títulos de Disney forman parte de un pack que su vendedor ofrece por 15.615 euros.

¿Cuál es la razón detrás de estos números? Sencillo: se trata de artículos Black Diamond. Es decir, cuentan con el logotipo de la serie especial Los Clásicos en la parte frontal y lucen la figura de un diamante negro en el lateral. Ni más ni menos. “Los aficionados buscamos versiones muy específicas de las que, por regla general, se han lanzado muy pocas copias. Deben tener algo especial… si no, no merecen la pena”, añade Antonio.

“Es un formato muerto, pero nos da igual. Los 5.000 euros que te puede costar una cinta compensan si te devuelve un trocito de tu vida”. Aunque satisfacer esta necesidad, en ocasiones, puede llegar a ser especialmente complicado. O, mejor dicho, costoso: en la plataforma Esty es posible localizar un ejemplar de La sirenita (1989) que supera los 36.866 euros. O uno de El rey león (1994) que alcanza los 47.402 euros. No obstante, no todo es Disney. Lawrence de Arabia (1962), por ejemplo, está disponible por la friolera de 50.000 euros.

Los videocassettes llegaron al mercado en 1976. Lo hicieron como todo producto estrella de una década: con el apoyo de las mejores marcas y bajo la promesa de conquistar a la masa. Y así lo hizo hasta que el DVD, el pen drive y el streaming lo noquearon de muerte: la última película editada en este soporte por un gran estudio fue Una historia de violencia (2006), protagonizada por Viggo Mortensen. De igual modo, sus reproductores dejaron de fabricarse en 2016, tras el cierre de la compañía japonesa Funai Electric.

Desde entonces, un pequeño grupo de nostálgicos lucha por evitar su extinción total. Y no sólo eso: también han creado fanzines dedicados al tema, comunidades virtuales de intercambio de vídeos, foros donde se comparten impresiones… Eso sí, todo ello circunscrito a un ambiente especializado, por no decir underground: se trata de personas interesadas en el cine de culto que acuden a mercadillos de segunda mano, anuncios en portales, antologías privadas y videoclubs abandonados para completar sus colecciones.

Tal es el caso de Sergio Colmenar, que atesora más de 3.000 títulos. “Crecí en los 80, una época en la que comencé a comprar compulsivamente cualquier caja que me llamaba la atención”, sostiene este joven, que pone especial énfasis en la calidad más que en la cantidad. “Ahora, sólo busco las que no pude conseguir en su día: mi apartamento es pequeño y ya tengo en mi poder la mayoría de las que siempre he querido”.


Vísceras y sangre
Una de sus favoritas es Zombie, el crepúsculo de los muertos vivientes, de George A. Romero. En concreto, la edición original que contiene dos portadas alternativas: la inédita de Hollywood y la dibujada por el icónico diseñador de carteles Mac. “Fue la primera película que me metió de lleno en el mundo de la sangre y las vísceras. Es muy especial para mí”, señala este director de cortometrajes.

También guarda un cariño especial por la primera producción de Maniac (1981), de William Lustig, que tiene firmada por la actriz Caroline Munro. Sin olvidar Demonios 2 (1989), de Lamberto Bava, que perdió y volvió a recuperar hace poco: “En ese momento, viví un reencuentro muy bonito. Me vinieron muchos recuerdos a la mente. Qué curioso: estamos hablando de estos materiales como si fuesen hijos”. Y no le falta razón, gran parte de su infancia reside en ellos. Su siguiente conquista será la caja grande de Posesión infernal (1982), dirigida por Sam Raimi. Aunque quién sabe… cuando se acude a alguna de las selectas quedadas que se organizan, resulta muy difícil resistirse a algún capricho. Además, en ellas se generan contactos que van informando de primera mano acerca de los últimos descubrimientos.

Los reproductores de videocassettes dejaron de fabricarse en 2016, tras el cierre de Funai Electric.
Pura artesanía

El género que más deseos despierta en este sector es el terror, pero las antiguas producciones españolas e italianas también gozan de un extraordinario tirón. “Nos encantan las historias de zombies, casas encantadas, slasher, fantasía, posesiones, giallos…”, subraya Rubén Reyes, que lleva comprando VHS desde 1995 y ya tiene en su poder más de 800. “Sigo coleccionándolos no sólo por la película en sí, sino también por la propia cinta. Me apasionan la carátula, el tacto, el olor, la forma, el diseño…”.

El arte de las cajas es uno de los principales atractivos para estos expertos. De hecho, para una parte de ellos, éstas deben encontrarse siempre en buen estado, pero sin perder de vista un detalle: los ejemplares ganan valor si los estuches son originales. “Algunos son verdaderas maravillas, como los Select Vídeo o los KF Vídeo, que incluían imágenes en el interior”, añade Rubén. Para este maestro, estamos ante el formato más puro, artesanal y artístico de todos los que existen. A diferencia de lo que ocurre con el DVD o el Bluray, no hay nada artificial en él: está hecho para satisfacer al cliente y no tanto para vender. Él guarda sus vídeos en una estantería donde no llega la luz solar y donde no hay humedad, pues hay que tener en cuenta que estos están fabricados con un material sensible y pueden desmagnetizarse con el paso del tiempo. Por eso, las cuida con mimo.

Rubén lleva buscando cintas desde 1995 y ya tiene en su poder más de 800.
Reliquias pop

“Para algunos nunca pasarán de moda, como es mi caso. Estaré con mis videocassettes hasta que me canse, no voy a abandonarlos nunca por temor a que no se vean bien”, avisa Rubén. Algo que se antoja complicado en la época del consumo inmediato que han impuesto Netflix, HBO, Amazon Prime, Hulu, Filmin, Disney+… De ahí que, a día de hoy, haya quienes los han llegado a considerar como auténticas reliquias pop.

Esta consideración abre la puerta a otro posible negocio: el de las reediciones. En 2020, saltó la noticia de que Mandy (2018), dirigida por Panos Cosmatos y protagonizada por Nicolas Cage, se iba a comercializar en este soporte. La información se cogió entonces con pinzas, pues prácticamente nadie vislumbró ninguna trascendencia. Sin embargo, aquel septiembre, la página oficial de Witter Entertainment la puso a la venta en distintas versiones, incluyendo una con ilustraciones de Vasilis Zikos y Cristopher Shy. Asimismo, el filme se pasó al sistema 4:3, se le otorgó la licencia oficial de RLJE Films y fue aprobado por los productores de SpectreVision. A las pocas horas, se agotó. Ésta no es la primera vez que la empresa pone a la venta películas bajo esta campaña. Entre sus últimos lanzamientos se encuentran Patchwork (2015), Red Christmas (2016), Nightmare Cinema (2018), Portals (2019) o Willy’s Wonderland (2021).

¿El nuevo vinilo?

Dicho esto, la pregunta se vuelve más que evidente: ¿se volverán a poner de moda como ya ha ocurrido con los vinilos? Antonio, Sergio y Rubén lo tienen claro: no. Por un lado, a día de hoy, resulta muy difícil localizar aparatos que permitan reproducirlas con garantías. Y, por otro lado, se trata de un material que se va deteriorando a lo largo de los años. Dos motivos que les hacen pensar que, si acaso, resucitarán de forma muy puntual… aunque sin mayor recorrido.

Al menos, en España. Pues, en Estados Unidos, se ha puesto en marcha un movimiento que pretende recuperarlos a toda costa. Se llama Free Blockbuster, que debe su nombre a la antigua cadena internacional de locales de alquiler de vídeos. Su objetivo es convertir las antiguas cajas de venta de periódicos en minibibliotecas a las que cualquiera pueda acudir, de manera gratuita, para tomar prestados viejos videocassettes. Este sistema, que se fundó en 2018, está sustentado por los propios aficionados. “Me gusta mantener vivo el hardware antiguo”, explicó Brian Morrison, su fundador, a The Wall Street Journal. Tal ha sido su empeño que, en la actualidad, esta iniciativa ya cuenta con su página web y ha abierto 69 puntos de intercambio en Estados Unidos, Canadá y Australia. Lo que no está tan claro, por ahora, es si la magia de lo analógico será lo suficientemente fuerte como para volver a engatusarnos a todos como ya lo hizo hace más de cuatro décadas. El amor dirá.