Impresionante film, vemos claras influencias en cineastas grandes, como Hitchcock al ver cómo se crea una tremenda atmósfera de suspense, además viendo esta película, vemos de donde salieron tipos como David Lynch, y sus magníficas obras, sin duda se originan de esta magna historia, el crear mundos paralelos, historias totalmente surrealistas, cargadas de elementos que aterran. Una mente inquietante rodea a la filmación, una atmósfera prodigiosa, unas tomas que asombran, el terror se apoderará de ti, y bueno, quizá, logres aguantar verla hasta el final…
Esto quizás es la idea que rondaba en la atmósfera de la creación de un filme llamado ‘Manos: The Hands of Fate’ que se ha ganado a pulso el estar considerada una de las peores películas de la historia. Obra de un americano curioso, la hizo con cuatro duros para ganar una apuesta y misteriosamente ha trascendido hasta el punto de ser conocida globalmente. La premisa es bastante interesante: un matrimonio con su niña se pierde por un camino que les lleva a otra dimensión, una fundida con la real de la que no tienen escapatoria. Tras vagar por ahí, localizan una especie de hostal rural regentado por un extraño personaje: Torgo. Y aquí me paro.
Torgo es posiblemente uno de los villanos más brillantes que he visto en una comedia. O lo que sea «Manos». Un hombre pelirrojo, a lo escocés, repleto de barba y con un sombrero de paja. Con una postura extraña y un andar aún más, con unas piernas absurdamente dobladas y una voz entrecortada, tartamudeando, mientras mueve los ojos efusivamente para decir gilipolleces como «Mi amo no está aquí».
UNA OBRA DE CULTO
Todos los estudiosos del filme coinciden en afirmar que ‘Manos: The Hands of Fate’ nació de una apuesta que hizo en un café de Texas. Fue nada menos que a Stirling Silliphant (1918-1996, guionista ganador de un Oscar por En el calor de la noche). Y la prueba fue la siguiente: demostrar que cualquiera era capaz de hacer una película de terror exitosa con muy poco dinero y ningún conocimiento cinematográfico.
Silliphant quizá le dijo que estaba loco, que era imposible, y Warren le restregó en la cara su equivocación con una prueba incontestable de su talento: la sinopsis y principio de su historia escrita ipso facto en una servilleta.
El resto fue aún más sencillo para el vendedor. Se trataba de buscar los fondos, la cámara, las locaciones, demás aparatos, vestuarios, intérpretes, técnicos, animales y quien sabe si un manual para dummies, por si se le ofrecía. Los 19 mil dólares con los que contó los juntó entre donaciones de sus vecinos y amigos. A los actores los sacó de los teatros locales y de la escuela de modelaje Mannequin Manor. (A ninguno le pagó, más bien les prometió pingües porcentajes sobre el dineral que iban a recaudar con su ingenio). La locación fue un rancho de Socorro prestado por el entonces abogado Colbert Coldwell. Y quién demonios sabe de dónde sacó Hal Warren la cámara Bell & Howell de 16 milímetros con la que encaró su ópera prima.
Su director le ocultó a gran parte del equipo que su camarita alquilada solo podía filmar 32 segundos de un tirón, y a mano. Tampoco les dijo que no registraba sonido. Las luces no eran tan potentes, por lo que muchas escenas nocturnas perdían visibilidad o se arreglaban con soluciones muy borrachas en la historia. Bernie Rosenblum, Neyman Jones y Richard Brandt (este último el mayor experto sobre la película) cuentan que Warren, el Orson Welles de El Paso —fue el director, el escritor, el productor y el actor protagonista de su creación—, solo hacía dos tomas de cada plano.
El caso es que su atrocidad creativa fue tal que hoy día es un fenómeno cultural y un referente a la hora de medir que no se debe hacer a la hora de filmar un filme. Eso sí, el mayor problema de ‘Manos: The Hands of Fate’ es que sigue sin ser efectiva ya que décadas después de su estreno podemos seguir viendo filmes o telefilmes de estreno en salas o plataformas digitales que cometen los mismos errores o incluso aún más. Lo que nos dice que la estupidez humana es algo difícil de erradicar y menos, en unos tiempos donde Youtube se erige como la mayor plataforma de contenido audiovisual. Quizás Manos fuese un delito en su época, pero hoy día viendo lo visto, es un referente cultural que todo joven debería contemplar.
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