Quedarse con el mejor beso de la historia del cine es muy complicado pero sin duda este es uno de ellos…

69 minutos tarda John Wayne (la película dura 129) para poder darle un beso a la preciosa Mary Kate, esta vez muy de acuerdo ambos ya que no olvidemos, el primer beso es forzado.

Y una cosa para los alarmistas, decimos que el beso lo da Wayne por es así en la película.
El hombre tranquilo es única por detalles como este. El día está soleado, ella empieza a correr y él corre detrás de ella, signo de que han decidido alejarse por fin de las costumbres populares las cuales les tienen totalmente atados. De pronto y sin saber porqué, el cielo se ha oscurecido casi por arte de magia aunque ellos siguen contentos, nada les puede parar. Cogidos de la mano, la pasión se desata en sus rostros, sin embargo, ella sigue sin querer ese beso; una fuerza mayor o un veto, parecen frenarla. Pero, para eso está John Ford.
El lugar, ni que decir tiene, perfecto para la ocasión romántica: tumbas, arquitectura de cementerio irlandés, muy repentinamente una tempestad, un árbol que se mueve violentamente y, por si fuera poco, ¡empieza a llover! ¿No es perfecto? Sí, lo es porque Ford lo ha querido así.
La pareja no tiene lugar donde guarecerse de la tormenta, y mientras escuchan los truenos, él le pone la chaqueta sobre sus hombros, ella asustada busca refugio en su pecho, lo palpa, sus ojos se encuentran, violines, sus cuerpos se mojan, y claro, se transparenta la piel de Sean Thornton y los tejidos se adhieren a sus figuras, resaltando la hombría innegable de él y la voluptuosidad de ella…

Para este momento ya todo está vendido, el público rendido admira la escena y los protagonistas se dan cuenta de que ahí o se dan el beso de película, o ya no tendrán otra ocasión. Sin duda, un clásico, un beso de esos permanecen impresos para siempre en la enciclopedia del cine. Una postal que hoy Cinematte Flix trae de nuevo para ti.