Aún recordamos cuando se anunció el Batman de Tim Burton y todos pudimos saber que un actor con calvicie pronunciada llamado Michael Keaton, sería el encargado de dar vida a Bruce Wayne y su álter ego alado.

En aquella época se produjo un terremoto fan que provocó que miles de voces pidiesen  a gritos que por favor se cambiase el actor elegido y de paso se cortase alguna cabeza. Por suerte el tiempo dio la razón a Burton y Keaton y ambos consiguieron crear un Batman inolvidable, tan inolvidable que años después ni Val Kilmer ni el propio George Cloney consiguieron hacer olvidar al Batman original.
Tras Batman llegaría X-Men, y en ella vimos desfilar todo tipo de actores que ponían rostro a las estrellas de la función: los superhéroes. Marvel y sus Vengadores también han tenido multitud de rostros encargados de dar vida a sus héroes, los cuales han gozado tanto de estrellas de nombre reconocido como de nuevas apuestas elegidas, pero siempre pensando principalmente en el personaje original del comic.
Por eso en este desfile de héroes, villanos y secundarios siempre hemos tenido claro que los actores eran una herramienta para encarnar al personaje, el cual o los cuales eran siempre el centro y objetivo principal de la producción. Hasta por supuesto la llegada de X-Men: Días del futuro pasado.
Y es que curiosamente es la primera vez en la corta historia del cine de Superhéroes que nos hemos dado cuenta que el verdadero superhéroe es el actor, en lugar de su personaje.
No queremos criticar el film, el cual nos encantó como se comprobó en nuestra crítica, pero si apuntillar como, los productores y el director, han sucumbido ante la presencia de Jennifer Lawrence, la cual se lleva el protagonismo no por su personaje de Mística sino por su actual posición en el estamento de Hollywood. En Cinematte tenemos claro que el guión de este último X-Men, se ha escrito pensando principalmente en dar lucimiento en primer lugar a Jennifer Lawrence como \’Jennifer Lawrence\’ en segundo a Hugh Jackman como Lobezno y en tercero al genial Michael Fassbender como Magneto. 

De esta forma cualquier entrega de X-Men hubiese tenido el mismo guión fuesen quienes fuesen sus protagonistas, pero este último X-Men no hubiese sido el mismo si Jennifer Lawrence no hubiese sido la encargada de interpretar al personaje de Mística.
Desde luego no vemos mal la argucia, pero simplemente nos ha chocado darnos cuenta como por primera vez en un film de superheroes, la estrella no son ellos, sino uno o algunos de sus estrellas.