Roger Corman produjo esta cinta-emblema de la serie B que se facturó como un fenómeno al margen de la exitosa “Tiburón” de Steven Spielberg; aunque en el film de Dante (Gremlins; Matinee) el factor terror se refleja en algunas escenas, realizadas con pocos medios y en parajes naturales bordeados por un río, un lago y un banco de peces dispuestos a hincar el diente. Y sin concesiones respecto a lo que “Tiburón” quedaría como un film de aventuras marinas a su lado.

La detective Maggie McKeown (Heather Menzies) investiga la desaparición de dos adolescentes en las cercanías de Río Perdido, punto de encuentro para veraneantes de camping. Ayudada por el lugareño Paul Grogan (Bradford Dillman) las pistas les llevarán a una extraña ubcación secreta del Ejército; un laboratorio donde se experimentaron con animales acuáticos (y que como obsequio nos regalan memorables secuencias en su interior). El enloquecido y solitario Dr. Robert (Kevin McCarthy) les asegura que los desaparecidos han sido devorados por pirañas y que hay que dar la alerta cuando antes mejor a las autoridades.

John Sayles (Passion Fish; Lonestar; Hombres Armados) escribió un guión con mensaje claramente ecologista. Apariciones secundarias del director de cine Paul Bartel (autor de “Y si nos comemos a Raoul?”) en el papel de un odioso monitor de campamento y la antigua reina del cine de terror, la inglesa Barbara Steele (La Máscara del Demonio; Vinieron de Dentro de…) interpretando a una científica con ciertos brotes de cinismo.