Una película con una idea bastante interesante, pero mal llevada a cabo en la mayor parte del metraje.
Al principio no entiendes bien de qué va el tema, aunque poco a poco empiezan a dejártelo claro, y lo dicho, te intriga e interesa el tema, pero no hacen más que irse por las ramas durante casi 1 hora, y cuando llega la parte interesante, entre las prisas y el poco presupuesto, no queda nada disfrutable.

El papel de Linnea Quigley pasa bastante desapercibido, y el interés se basa en la actriz que hace de su hija, Tammy Taylor, que la verdad es que tiene su morbo.

Tiene un poquito de gore, demasiado poco y no demasiado currado, y como he dicho antes, toda la parte final, que podría haber estado muy muy bien y haber dejado escenas para el recuerdo, te deja con las ganas. Se ve todo muy oscuro, muy alejado y bastante cutre. Una lástima.