Seol Kyeong-gu interpreta a un bombero que arriesga su vida para acabar con el fuego de un rascacielos y salvar a las ciento de personas atrapadas y que luchan por sus vidas en la víspera de Navidad del año 2011. Kim Sang-Kyeong es el jefe de mantenimiento del edificio en llamas situado en el centro de Seul.

¿Os acordáis del Coloso en Llamas, esa gran película americana, donde un gran rascacielos empieza a quemarse por la incompetencia de un ahorrador arquitecto y comienzan las carreras para arriba y para abajo con chillidos que espantan incluso a una jauría de lobos? Pues aquí es lo mismo, pero adaptando la historia a los tiempos de hoy en día, con fallos técnicos actuales, con actores coreanos de toda índole y categorías cualitativas, con actualizaciones visuales de última generación impactantes algunas aunque otras mediocres, y así un sin fin de novedades acústicas, visuales e interpretativas que podáis imaginar, y todo ello para obtener un film bastante entretenido, adictivo, plagado de acción, aunque en los momentos dramáticos son algo soporíferos ya que están cargados en exceso a la vez que sobreactuados, la naturalidad se pierde ante una pésima lágrima ficticia.

Lo peor de todo, las carreras, se notan escenarios cerrados, con actores de relleno que no saben muy bien que hacer.
Lo mejor, los efectos, ayudan muchísimo.

Es un claro remake de la obra americana, y eso se puede ver en muchos aspectos, aunque hay algunas novedades, pero aquí no hay un Queen o un Newman que hagan las delicias del espectador.

La recomiendo, no perderéis el tiempo y más si buscáis acción, gritos y pedorretas a más no poder.