Don Diego, amo y señor feudal, parte a la guerra y deja en su puesto a su hijo, al que autoriza a ejercer la tiranía sobre personas, con una excepción: dos mujeres que habitan en un molino.

Impregnado por el erotismo del llamado cine del destape que inundaba la cartelera de la Transición, Antonio Giménez Rico (“El disputado voto del señor Cayo”) decidió apuntarse a la moda de la época y dirigir esta comedia sexual. Ambientado en la época medieval, el guión de Miguel Madrid (“Necrophagus”, “Bacanal en directo”) se escapa de las supuestas pretensiones artísticas y de crítica política que tenía el filme, y se centra en la sensualidad de sus dos protagonistas femeninas: la ex Miss Universo Amparo Muñoz (“Vida conyugal sana”) y La Polaca (“El amor brujo”), una bailaora, cuya habilidad con el flamenco le abrió las puertas al séptimo arte. Cabe destacar la presencia de un ya crecidito Pedro Mari Sánchez, un intérprete siempre recordado por su papel de travieso Críspulo en “La gran familia”.