Terror erótico con los desnudos de Carmen Russo | PATRICK VIVE TODAVÍA (1980) | 1980 ‧ Terror/Crimen ‧ 1h 36m

La conocimos en España gracias a la televisión. Durante unos años Carmen Russo fue uno de esos extraños mitos eróticos italianos que triunfaron gracias a Telecinco. Hoy la traemos en las labores de actriz del desptape alpino y es que dirigida por Mario Landis, que ya nos legó la genial Giallo en Venecia y haciendo una explotación de la sensacional Patrick (Richard Franklin-1978), esta secuela No oficial, y un elenco, al menos competente y que ya trabajó en productos de este tipo, resulta ser uno de esos film bastante peculiar que se acerca o llega al culto.

CRÍTICA

Cuenta la leyenda que la palabra inenarrable tiene sus orígenes simultáneos a los del fin del rodaje de “Patrick vive todavía”. Y de tal manera es como lo siento yo en este preciso instante, algo comparable a un mal efecto secundario.
Patrick es victima de un atropello y caerá en un coma irreversible a lo que su padre jurará venganza por lo ocurrido. Este, que es un Mad doctor en toda regla, lo tiene “enchufado” a tres peligrosos criminales, lo que crea en Patrick un hambre inmensa por asesinar a quien está cerca, y de las formas más brutales posibles. Entonces el Profesor Herschell invita a unas cuantas personas a pasar unos días en su mansión, e imaginaos que es lo que ocurrirá allí. Muertes, intrígas, y un Patrick que hasta tendrá un affair con una de las invitadas, bastante guapa, por cierto, no estoy de coña. Y es que esta explotación tiene de todo. Muertes brutales, destapes, softcore…

Poco más se puede decir de esta muestra de como coger un gran producto, Patrick (Richard Franklin-1978), y hacer una secuela no oficial al estilo italiano. Es decir, mucho gore, un rodaje demasiado acelerado, actuaciones algo mediocres, y eso que no quiero comparar a Giani Dei y Robert Thompson, pero vaya diferencia, y eso que su papel es estar tumbado inmóvil en una cama y con los ojos abiertos.Eso si, esta cinta es siempre recordada por la brutal y genial secuencia de la violación con un palo de hierro, siendo testigos de todo en todo momento, no estoy de coña. Secuencia realmente bien rodada y conseguida, creando un malestar en el espectador.Pero es que el resto del gore es de buen nivel también, y eso que no hay poco. Este, junto a la cantidad de destapes y softcore, son realmente los puntos fuerte de la cinta, ya que en si no, no es gran cosa. Aunque el momento en el que Patrick medio hipnotiza a Stella y tienen una experiencia sexual, vamos que echan un polvo telekinéticamente, es bastante curiosa también, si es que es ver para creer.Además de todos los desnudos que hay en la cinta, hay momentos que da la sensación de estar ante un producto S del tio Jess. Y con momentos muy subiditos de tono.

Quiero destacar la fotografía de la cinta, que parece más un programa de televisión o hasta una discoteca setentera, con colores muy chillones que quedan fatal, sobretodo en la parte final, donde Patrick se revela ante su padre y los asesinos a los que está conectado comienzan a morir. Esto es cine y ese colorido es totalmente irreal y fuera de lugar. Y en cuanto a las actuaciones, pues son bastante pobres aunque aceptables, menos la del Profesor Herschell, que clama al cielo.Por lo que tenemos una explotación a la italiana, con mucho gore y destapes que hará las delicias del fan mas irreverente, y que realmente no aporta nada más. Eso si, al menos entretiene que no es poco. Y estaros con mucho ojo, que hay varias versiones con más o menos censura, y si a esta cinta la censuran y nos quitan el gore y los desnudos ya si que no aporta nada de nada. Avisados estáis.

Justo es reconocer que he soltado un par de estruendosas carcajadas a la par que me he sentido culpable por ello. La he seguido ojiplático desde la primera ocasión en que esas pupilas sobre fondo verde han flotado por los pasillos de esa mansión, que no era la de Playboy pero quién osaría a negarlo.Si alguien me confiara la existencia de una película gore a la par que erótica le espetaría que eso es imposible, que son dos géneros que no maridan ni por asomo. Y ahora soy yo, pobre de mí, quién puede dar buena fé de ello.Podría apuntar infinidad de spoilers y me perdería en esa misión, sin embargo, creo que lo indicado es que ustedes mismos experimenten este viaje al reino del subproducto hecho celuloide. Si acaso se atreven, después no me echen nada en cara. Ya se lo advertí.

Esto es como si al prolífico reality del chalet en la serranía y las cámaras hasta en la sopa le añadiéramos gore al por mayor, machirulos de bigote robusto bien rancios y macarras como no podían ser de otra manera y… las estrellas de la función… tipejas completamente despelotadas a cada minuto. Alguna de ellas, a modo de aperitivo de lo que vendrá después, lo logra incluso con su minúscula lencería. Increíble pero verídico.Las peleas de ellos con ellas copan buena parte del primer tramo. Hasta dos de ellas, en pelota picada, llegan a las manos -y caen por los suelos- gritándole una a la otra: “Sí, he sido puta” mientras tiene lugar un almuerzo que resulta de todo menos armonioso.Y llega el gore en la segunda mitad, desaforado y desagradable, sustentado en vísceras de pollo, gato o mejor no saber qué, a modo de guinda a una obra maestra de lo bizarro y la astracanada, para una recta final equiparable en lo épico a la final de Champions League que le remontó el Manchester United al Bayern München.Sangre para donar a diez batallones. Todo se va definitivamente de las manos. No en vano es una magna joya de la inmundicia.Los efectos especiales son de obra teatral de primaria. Más allá de la temática telequinésica, las puertas se abren sorpresivamente dando toda la impresión que alguien oculto ha tirado de algún hilo. Una de las protagonistas es la enemiga pública de los vasos de cristal. No se le resiste ninguno a su alrededor.