Japón es uno de los países que más ha influenciado en el resto del mundo con su arte, creadores de tintas y papeles únicos, una arquitectura y artes plásticas que han sido importadas e imitadas.


Es curioso que cada vez que reflexiona sobre la cultura japonesa lo que nos encontramos es con la serenidad, la paz, la calma y el equilibrio. El arte japonés está asociado al minimalismo en todos sus ámbitos excepto en uno: la cartelería cinematográfica ya que es aquí, donde los artistas consiguen el efecto contrario.Tal vez alterar al espectador el mar la mejor forma de entender esta línea de expresión artística. A la misma manera que las luces de neón publicitarias son ideadas para llamar a nuestra atención, los póster japoneses lo que se crea para crear un estado de alteración que nos haga querer entrar en una sala de cine a ver lo que esos dibujos reflejan.


Es un propio cine donde llevan ese estilo a la máxima expresión pero para occidente, es más curioso ver la representación que hacen de las grandes películas americanas de todos los tiempos y eso, es lo que hemos querido reflejar nosotros en este artículo donde os dejamos una enorme colección de películas americanas vistas a través de los póster de cine japonés.


HISTORIA DE UNA CARTELERÍA ÚNICA


El origen del manga se remonta al siglo XI y dio un vuelco estilístico en el siglo XIX debido a la influencia cultural de Occidente, en esta época Japón se abrió el resto del mundo, económicamente y todavía más culturalmente. En el periodo Edo (1603-1868) es cuando el cartelismo japonés empieza a ser un huracismo. Los artistas saltan del mural al papel, desde paneles murales y biombos hasta pergaminos y pequeños álbumes. El grabado en madera, la xilografía, el lino-grabado (entre otras muchas técnicas) son técnicas habituales entre los ilustradores y las muchas ilustradoras cruelmente borradas de la historia, como Oi Katsushika (1800-1866) hija de Katsushika Hokusai, posiblemente uno de los artistas más internacionales de Japón, padre del manga.


Durante siglos se crea una forma de crear carteles basados en los fundamentos del arte japonés: intuición, racionalidad, expresión de las emociones, sencillez en los trazos y simbolismo. Con esta base y con escuelas artísticas y maestros que acogían a los alumnos para enseñarles fueron los que se acercaban a los cartelistas, los ilustradores, los grabadores, fueron ellos y ellos los artistas necesarios para acercarse al público nipón la llegada de un nuevo entretenimiento de masas, el cine. En la década de 1920 se crean los primeros estudios cinematográficos japoneses, actrices y actores de teatro dan el salto al nuevo medio. Las técnicas de publicidad de Hollywood y Europa se exportan y claro, entre ellos, el cartelismo cinematográfico. Los primeros carteles son de películas mudas y destacan por su técnica artesanal e interesante tipografía, rasgos que se pueden ver durante décadas. Durante los primeros años del cine japonés surgen los cines de barrio, los cines móviles (familias, empleados de los estudios o autónomos que transportan de pueblo en pueblo el proyector y las películas) y las pequeñas salas en grandes ciudades con uno o dos proyectores. Casi todos estos negocios contaban con su propio cartelista, ilustrador o pintor que les hacen hacer frente a los carteles de las películas.


Los cartelistas mas cotizados cotizados por los grandes estudios y productoras de cine, otros eran artistas independientes que se dedicaban en parte a hacer carteles como un encargo más o trabajar único y crear carteles.