Al acabar la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), el Mayor Ferris (William Holden), un oficial norteamericano, decide abandonar el ejército y quedarse en Malasia para dedicarse al cultivo de una plantación. Vive con su novia Dhana (Capucine), una bella nativa que conoció durante la guerra. Años después, el ejército británico trata de convencerlo para que le ayude a capturar a un antiguo compañero de la resistencia (Ng,Tetsuro Tamba) que se ha convertido en uno de los líderes más activos del movimiento guerrillero comunista y que ha secuestrado a Candace Trumpey (Susannah York), hija de un colono británico.

Es interesante la personalidad del personaje del mayor Ferris (William Holden, el viejo Pike ;-)), nos presentan al americano muy comprometido con las guerrillas de Malasia luchando contra los japoneses, pero es un compromiso dentro del marco de la guerra porque es un hombre lejos de venganzas, lejos del odio y el resentimiento, y que aspira a que cuando termine la guerra pueda iniciar una nueva vida y prosperar. En cambio, su amigo malayo decide seguir con la guerrilla, él sí está comprometido con la lucha y continuará con el terrorismo al terminar la guerra hasta conseguir la completa desaparición del colonialismo inglés; razón por la que marcha a Moscú a hacer un cursillo e inculcarse de buena doctrina.

La película tiene un trato íntimo maravilloso, siempre que gusten estas películas tan lejanas en los tiempos por las circunstancias de los escenarios, no por el tiempo mismamente dicho, con militares de uniforme y actitudes flemáticas en lugares exóticos, y puede que esté tomada como una aventura, que lo es, pero sobre todo es una historia de amistad. Y de amor. Durante la guerra seguro que a los dos amigos junto con la encantadora Dhana (Capucine, caracterizada como una mujer culta de la región, unida sentimentalmente con Ferris) los días le parecerían interminables, pero una vez acabada la guerra, sin duda, los años les parecerán que vuelan. Es ley de Vida.

La película es muy real y enseña como los caminos alejan a las personas, a los amigos, a la familia, y sobre todo aleja las ilusiones. Capucine y Susannah York no podrían estar más convincentes (tengan o no tengan las tetas pequeñas, como a algún usuario parece que le importa). Y por supuesto, El séptimo amanecer no tiene ningún interés en ser propaganda anticomunista, el mayor Ferris tiene todo el derecho del mundo a expresar su pensamiento, igual que su amigo tiene el derecho a expresar los suyos. Cuando éste empieza a hablar de la lucha armada al favor del terrorismo, el mayor Ferris cambiando el gesto, añade: “Estás empezando a aburrirme”, no es propaganda de la película, es sencillamente la prolongación expresa del pensamiento del personaje.