El cine es el arte en el que las trilogías gozan de mayor aceptación y el erotismo aunque sea en su faceta más trash, no queda exento de ellas. Russ Meyer era un aclamado fotógrafo de Playboy cuando decidió dejar la fotografía inanimada para adentrarse en la animada, viniendo como venía de la famosa revista de las conejitas la temática elegida para sus films parecía obvia y así fue. Su temática principal se puede resumir en cuatro palabras: ‘Fetichismo y Grandes tetas’.

 

 

 
El fetichismo es una de las grandes constantes en la obra de Russ Meyer. Sus películas son como un gran sexshop donde comprar juguetes eróticos. Todo en la obra del autor y más concretamente en la trilogía que hoy comentamos, rezuma fetichismo como hemos dicho, latex, barroquismo y esa esencia de juguete sexual que podemos encontrar en lugares como picansex.com. Si hay cintas eróticas que se afincan en la sensualidad y en la seriedad, esta lo hace en el entretenimiento siendo al final simplemente eso. Un juguete sexual más que disfruta simplemente viéndolo.

 

\’Vixens\’ fue el capítulo inicial de una trilogía formada por esta, por \’Supervixens\’ y por una tercera parte conocida como \’Más allá del valle de las Ultravixens\’. De todas ellas hemos decidido elegir la segunda parte como la primera película, es decir la última en cuanto a calidad de lo que a partir de hoy será la lista de las mejores películas eróticas de la historia del cine.
 
Supervixens es el prólogo a la locura total de Megavixens (Up!, 1976), una comedia que se desarrolla como una delirante road movie en la que el protagonista se va encontrando diversos personajes, cierto es que el cine de Meyer no encaja muy bien en el concepto de cine erótico clásico, ya que más bien y como hemos mencionado, es una exagerada road movie con personajes dantescos, pero igual de cierto es que el abuso del desnudo y uso de un muy remarcado tipo de mujer, lo sitúa dentro del erotismo, aunque este sea burdo y misógino (rasgo de identidad este último muy frecuente en el género tratado).
 
 
La trama gira en torno a Clint Ramsey (Charles Pitts), un chico tan bueno que es tonto, pero que para su suerto, suple su falta de intelecto con un miembro viril más propio de un caballo. Clint trabaja en una gasolinera propiedad de ¡Martin Bormann! (Henry Rowland) y sale con SuperAngel (Shari Eubank), una insaciable mujer con un tremendo temperamento. En sus vidas se cruza Harry Sledge (Charles Napier, un habitual de Meyer), un policía corrupto que asesina a SuperAngel cayendo la culpa del crimen sobre Clint, y desconociendo este al verdadero artífice del asesinato de su novia.
 
De este modo se da inicio a la travesía de Clint por el paisaje desértico habitual en Meyer, donde irá viviendo diversas peripecias que involucran siempre a portentosas damiselas de superlativa anatomía.
  • Puntuación del film: 5
  • Puntuación erótica: 4
  • Total: 4.5