Era 1977 y el público llevaba 100 minutos delante de una pantalla contemplando algo que jamás había visto, solo les quedaba ver una cosa, como se destruía una enorme bola de metal flotante llamada Estrella de la muerte…
Tras su destrucción, el cine y el término Star Wars no fue lo mismo para muchos niños que veían a Luke, Han, Leía y aquella bola inmensa como una nueva religión artística y lúdica.

Tras aquello, Star Wars siguió creciendo pero jamás la fuerza de aquella enorme bola causó el mismo efecto en los espectadores que se acercaban a un nuevo capítulo de Star Wars como ocurrió con su episodio original hasta que, esa enorme bola apareció de nuevo reducida primero en formato televisivo y después en pulgadas hasta tal punto que el espíritu de aquella enorme bola mitad ciudad, mitad estación espacial, se convirtió en un pequeño pomo de control.  Lo que en su día albergaba enorme cantidad de naves espaciales, ahora sólo sirve para poder manejar una única y desastrosa nave llamada Razor Crest.La bola es tan diminuta que cabe en la mano de un niño bebé llamado Grogu, pero, sin duda que esa pequeña bola ha vuelto a conseguir lo mismo que consiguió su hermana mayor en el 77, crear una nueva legión de fieles seguidores para quienes la palabra Star Wars nunca más volverá a ser lo mismo.

Sin duda La Guerra de las Galaxias fue un antes y un después en la historia del cine al igual que lo está siendo ya la serie The Mandalorian la cual es el mayor paso que las producciones televisivas han dado desde su nacimiento. Quizás tengan que pasar varios años para que cierta realeza critica empiece a dejar destellos en sus textos que aseveren la grandeza que posee y supone The Mandalorian pero, con algo tan evidente no vamos a repetir un caso ‘Ford’ o un caso ‘Hitchcock’ y esperar décadas para decir lo importante y crucial que fueron sus obras. A estas alturas del cine no hace falta ser muy listo para darse cuenta que The Mandalorian es posiblemente la mejor serie de televisión jamás creada y episodios como ‘La Jedi’ dirigido y escrito por Dave Filoni solo hacen que demostrarlo.
Cerramos volviendo a recordar las dos bolas mágicas de Star Wars, esas que tienen más de 40 años de distancia y más de 100 km² de diferencia en tamaño pero que, poseen la misma esencia de lo que significa Star Wars.