En 2008 el famoso actor y director Clint Eastwood pedía perdón a través de su obra Gran Torino, (lejos queda su posición de imperdonable (Sin Perdón 1992). Ahora se cumplen 10 años del estreno de la última gran obra maestra del talentoso director. Nosotros desde Cinematte os dejamos un estudio de la obra como recuerdo de estos 10 años de su nacimiento.

American Graffiti 2

En 2007 se estrenaban No es país para viejos y Pozos de Ambición, ambas fueron las cintas más importantes de su año. Al año siguiente nos llegaban El Curioso caso de Benjamin Button y Gran Torino, y ambas se convertían también en las más destacadas de su promoción.
Lo curioso del caso es que propuestas y directors tan distintas, terminaban hablando de las mismas cosas, pero con forma y estilos totalmente diferentes.
El cine siempre ha sido un termómetro de la vida, por eso podemos denominar a los cineastas como historiadores de su presente. Pués bien, a finales de 2007 algo se mascaba en el ambiente, el final de una forma de vida y de una ecomomía estaba a punto de llegar y el cine como siempre parecía anticiparse.

En 2007 Los Hermanos Coen y Paul Thomas Anderson nos daban una visión catastrófica y sin solución de su país. Los Coen nos situaban en un país desolado y sin esperanzas, que como rezaba su titulo ya no había lugar para viejos quienes poco o nada podían ya solucionar, al mismo tiempo Anderson nos hablaba de un país nacido sobre los más bajos instintos y ambiciones del hombre, lo cual como mostraba ese maravilloso final solo podía desencadenar en una única opción: desastre y violencia.
En definitiva ambos directores nos hablaban del final de una época, de la decadencia de un país que había nacido como bien demostraba Plainview en Pozos de Ambición, con una ideología totalmente malsana y cuyo futuro era totalmente catastrófico y desesperanzador.

En 2008 David Fincher y Clint Eastwood seguían por el mismo camino pero de una forma esperanzadora. Fincher, nos hablaba de un país nacido viejo con todas sus enfermedades y problemas que quizás debiera rejuvenecer para empezar de cero junto a ese Katrina que veíamos de fondo, el cual nos daba un rayo de esperanza en forma de elemento destructivo pero al mismo tiempo reparador, una nueva época comenzando de cero. Eastwood, como sus anteriores colegas ya citados nos hablaba también del final de una época, pero lo hacía ostensible no solo a un país, sino a una persona, a un icono, a un actor, a el mismo. El título Gran Torino hacía referencia a un gran clásico ya olvidado del pueblo americano, y así empezaba este film.

Gran Eastwood

En Gran Torino Eastwood nos mostraba un impresionante recorrido por su trabajo tanto en lo referente a su obra como a todos esos personajes que había moldeado a lo largo de su carrera, veíamos a Harry Callahan (Harry el Sucio); veíamos a Robert Kinkaid (Los Puentes de Madison) en su pick-up volviéndose a debatir entre salir o quedarse; veíamos a Josey Wells (El Fuera de la Ley) con su desafiante mirada antes del esputo; veíamos a Frankie Dunn (Million Dollar Baby) en su gimnasio-confesionario esta vez convertido en confesionario real; veíamos a Willian Munny (Sin Perdón) y a un sin fin más de personajes de su obra, en definitiva, un recorrido-homenaje a una filmografía por quien mejor podría hacerlo: su mismo creador.

El filme de desarrollaba a través de Walt (¿quizás el viejo Disney?) o Wall-e (¿quizás el nuevo Pixar?) como parecía conocerle la joven vecina.
En esa primera mitad de película la iluminación y la bandera americana eran parte permanente del film, al igual que lo fueron en el inicio de su propia filmografía. Progresivamente esto iba desapareciendo dejando el protagonismo al clarouscuro rembraniano típico del final de su carrera.
Escenas como la de la bañera, la de la hamaca y sobre todo la genial escena del confesionario donde unos claroscuros similares al gimnasio de Million dollar pero elevados a la máxima expresión gracias al enrejado del propio confesionario, servían como declaración, no solo de Walt, sino del propio Eastwood, quién parecía estar pidiendo perdón por una parte pasada de su obra o más bien por una parte del pasado de su ideología.

Como hemos dicho Eastwood parecía arrepentirse de muchas cosas e intentaba solucionarlas, por ejemplo, esta vez el personaje de Walt si abría la puerta de su pick up para quedarse con la chica, cosa que aún seguimos esperando los admiradores de los Puentes de Madison, también parecía arrepentirse por lo que le hizo al personaje de Butch (Un Mundo perfecto) por lo que decide unirse a él para marcharse juntos, solidarizándose así con esa muerte tan injusta y al mismo tiempo con las lágrimas derramadas por tantos espectadores. Walt (Eastwood director) repetía la acción de Butch echándose la mano al bolsillo sabiendo que un simple encendedor iba a “apagarle” para siempre, Eastwood así parecía despedirse de la pantalla como actor, un plano aéreo que simbolizaba el punto de vista de todos, del “todo” y de nadie, ese mismo plano aéreo que se llevó a Butch ahora se llevaba a Walt o lo que es lo mismo a un actor que ha marcado una de las páginas más gloriosos de nuestro querido arte: el cine.
Pero, por suerte para sus admiradores un “Golpe de efecto” volvió a traerlo de nuevo con nosotros

Uno de los nuestros y uno de los grandes

Así, todos estos pequeños detallles posicionan a Clint Eastwood directamente en el olimpo de los más grandes directores de la historia del cine y por suerte lo hace dentro de los terrenos de la acción y el género en la mayoría de su obra.s
Es por todo esto que Gran Torino bajo una fachada y una historia modesta no solo es capaz de competir en profundidad fílmica con la megalomanía de las obras de los colegas citados en el inicio del texto, sino que posiblemente gracias a su sutileza sea capaz de superarles.
Eastwood 30 años mayor que sus colegas de cámara, cierra el film mostrándonos a Thao conduciendo su gran torino, dando una visión esperanzadora y optimista, mostrándonos un relevo generacional que debe solucionar unos problemas que los mayores no han podido y dando un mensaje de igualdad de razas donde porque no, un ya anciano Harry Callahan es capaz de dejar su coche a chico oriental, por lo tanto si Harry es capaz de evolucionar, creo que todos deberíamos poder serlo también.