Es una de de las mejores series de la historia de la televisión, ya sea a nivel nacional como internacional. Verano Azul sabe recoger de forma perfecta lo que tiene que ser una serie, es decir, una sucesión de historias cortas donde cada una de ellas cuenta una trama original y al mismo tiempo evoluciona la relación y o historia de los personajes principales. Esto que parece sencillo no lo es tanto y por eso Verano Azul es de esas pocas series que alcanzan el estatus de obra maestra al no tener ningún momento o capítulo muerto, al no repetir ninguna trama y al mimar cada una de las frases y textos que se recitan siempre al compás de una cuidada puesta en escena y un envoltorio musical de pocos temas que saben ensalzar cada uno de esos momentos mágicos que la serie alcanza. También es justo decir que las interpretaciones son el gran lastre de la serie pero de forma curiosa no sus personajes, los cuales aunque mal interpretados en términos profesionales, son perfectos en su desempeño y en la forma en que llegan al espectador siendo cada uno de ellos, el rol perfecto de lo que quieren simbolizar. 

Lo curioso es que ‘Verano Azul’ no acababa con la muerte de Chanquete, sino con un último episodio que nunca se llegó a emitir.Fue el actor Jorge Sanz quien desveló cuál iba a ser el verdadero final de la serie en el que, por cierto, él mismo participó aunque nunca se emitió. Durante su paso por el programa Vaya crack, al actor le tocó contar una anécdota en una de las pruebas a los concursantes y éstos tenían que averiguar si se trataba de una verdad o de una mentira.De esta forma, contó la anécdota, que tenía que ver con ese capítulo final. Sanz explicó que la grabación del episodio se tuvo que suspender durante dos semanas por la gota fría. Sin embargo, la serie no tuvo el final esperado y planificado, ya que, después de dos años de rodaje, el equipo de producción decidió cancelar el capítulo 20.En ese final que nunca llegó a emitirse -“ese episodio tiene que estar guardado en alguna lata en el sótano de esta casa”-, reconoció el intérprete, Sanz daba vida a un boy scout: “Siempre pasaba algo en la serie, en esta ocasión salíamos a buscar a uno que se había perdido de un grupo de boy scouts”.


Hoy día Cinematte Flix guarda muchos tesoros en su estantería de películas y series pero, Verano Azul será siempre uno de nuestros objetivos cinematográficos más queridos.

Mito y leyenda de la ficción española. Una obra irrepetible, única y personal que abarca la estética y la historia de un periodo completo de nuestra historia. Si hubiese que elegir una obra artística que resumiese de forma perfecta lo que fue la España de 1980, esa obra es Verano Azul. La serie cuenta la historia de un grupo de pre adolescentes, Quique, Javi, Pancho, Bea, Desi, Tito y Piraña, durante unas vacaciones de verano en Nerja, un pequeño pueblo andaluz en la Costa del Sol española.

TEXTO ESCRITO POR MILAGROS MARTÍN-LUNAS


Confieso que no sé por dónde empezar. No sé si estoy dispersa por el calor o porque, desde que me enteré que, 40 años después de su estreno, TVE ha decidido reponer ‘Verano azul’ se me apiñan las ideas y los sentimientos. Para colmo, leo en la plaza pública cibernética de Twitter que Piraña se ha convertido en ‘trending topic’. Por si hay algún despistado que rehúye las redes, es algo así como la ‘agenda setting’ de la época dorada del periodismo, cuando la prensa tenía el poder de decidir los temas de los que se hablaba en los bares, cafés, oficinas, etcétera. Hoy, esa autoridad, nos guste más o menos, corresponde a la red del pajarito: un trino en condiciones y nos desatamos, reforzados por la ‘cochabanza’ de lo anónimo.Por lo visto, ‘Verano azul’ molesta porque en la pandilla había un niño con sobrepeso, un tragaldabas al que se le jaleaba su amor por la comida y, para colmo, a la plaza pública le pica que uno de los niños, el moreno, se llame Pancho, puesto que consideran que de ahí viene el término despectivo de panchito, un vocablo que se utiliza de manera despectiva para referirse a personas latinas. Y yo que creía que era uno de los miles de hipocorísticos que derivan de Francisco. No somos nadie. Transpiraba cierto regusto progre que desde el minuto uno nos empujaba a pensar, a darnos cuenta de que las normas están para ser cuestionadas Este fin de semana, cuando solo se habían retransmitido dos capítulos de los 19 que tiene la serie con la que Antonio Mercero hizo historia en la televisión, ya estaban en el ágora cibernética desgañitándose, pidiendo que suspendieran la emisión de la serie. ¡Qué cansinos somos! Con esta filosofía de lo políticamente correcto acabamos de un plumazo con los clásicos de la literatura, de la música, del arte y de la cultura en general. No se salva ni Dios.


La undécima reposición de ‘Verano azul’ ya lo está petando, ha alcanzado medias del 5,6% y 4,7% en sus primeras entregas. Esto para La 2 es más que un triunfo puesto que dobla la media de la cadena, que en julio fue un 2,8%. Nos guste o no nos guste, ‘Verano azul’ es una de las series míticas de la televisión española, la serie que cada domingo, desde el 11 de octubre de 1981 hasta el 14 de febrero de 1982, sentó frente al televisor a todo un país. También es cierto que solo había dos canales y en algunos rincones incluso uno solo (en Málaga, el UHF llegó con el Mundial de Naranjito). Los modernos la tachan de ñoña, lenta, políticamente incorrecta, y aseguran que rezuma moralina por todos sus planos. ¡Vamos, que el bofetón que le propina Glenn Ford a Rita Hayworth en ‘Gilda’ por celos no resultaría inconcebible en el siglo XXI! Yo, desde mi humilde ‘chaise longe’, recomiendo a todos los que se llevan las manos a la cabeza que aprendan a mirar, a leer y a disfrutar de los clásicos, de todos los clásicos, sin prejuicios. Además, si nos ponemos finos, incluso podemos recopilar las lecciones que aprendimos de aquella pandilla formada por Bea (Pilar Torres), Desi (Cristina Torres), Javi (Juanjo Artero), Pancho (José Luis Fernández), Quique (Gerardo Garrido), Piraña (Miguel Ángel Valero) y Tito (Miguel Joven), junto a Julia (María Garralón) y Chanquete (Antonio Ferrandis).
Para empezar, en aquella época, la serie transpiraba cierto regusto progre que desde el minuto uno nos empujaba a pensar, a darnos cuenta de que las normas están para ser cuestionadas, nos enseñó que debíamos pelear por aquello que considerábamos justo. ¿Recuerdan la manifestación en lo alto de La Dorada? “Del barco de Chanquete… no nos moverán”. Por no hablar de que por primera vez se hablaba de divorcio, de la diversidad familiar, de la maternidad en solitario, de la especulación, del caciquismo, de la muerte, incluso del medio ambiente.

Ya lo siento, pero Greta Thunberg no tiene la exclusiva. En el segundo capítulo de la serie, la pandilla ya creó una patrulla de limpieza, bajo el lema ‘Operación planeta limpio’, para dar ejemplo de civismo y concienciar a la gente de que no debía ensuciar la playa. ¡Ojo! Nerja, 1981.’Verano azul’ no deja de ser una radiografía de la sociedad española de la época, donde los padres conforman el reflejo de una sociedad vetusta, una sociedad que ya estaba herida de muerte, cuyos valores de autoridad y tradición insuflados durante 40 años de dictadura iban de bajada. En sus reuniones, los padres no soltaban, así los mataran, ni los cigarros ni las copas. Hoy, cualquiera de sus actitudes sería denostada. Ellas, sumisas, eran el prototipo del ama de casa de clase media; ellos, entre gañanes y necios, surgían en la pantalla subyugados por el qué dirán, por aparentar.


Los niños, convertidos en un ente, con su inocencia y frescura, representaban el futuro, la libertad, la tolerancia y la justicia. Mercero, que de esto sabía un montón, repartió a cada uno un perfil bien definido con el que poder seducir a un amplio abanico social. El idealista Pancho y el guapo y rebelde Javi bebían los vientos por Bea, la reina de la pandilla (personalmente yo no soportaba a Javi, soy más de perder la cabeza por idealistas y soñadores, a pesar de todo, confieso que el óxido del tiempo ha sido muy generoso con Artero, además, es el único que ha mantenido una carrera sólida en el mundo de la interpretación). Quique, el contrapunto de los líderes, el equilibrado, el gris que al final llega donde quiere; Desi, la rebelde, y ¿qué decir de la pareja formada por Tito y Piraña? Eran los más grandes, robando sonrisas con sus ocurrencias. Mercero creó una nueva familia con todos ellos y convirtió en padres putativos a Chanquete y a Julia, los dos únicos adultos que se distinguían del resto y a los que transformó en adalides de lo que entonces para nosotros era la modernidad. Si me queda algo claro de todo esto es que cuando peinas canas te das cuenta de que la vida pasa en un suspiro y la nostalgia es una apuesta segura.

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