No es tema de nostalgia sino de realidad. Nunca puede tener el mismo valor un atardecer rojizo bajo la lluvia de África sacado en directo con una cámara Reflex, que un montaje digital de esa misma escena realizado en un estudio de Madrid. Pues eso mismo es lo que ocurre con los efectos visuales en el cine.

Hubo un tiempo donde los FX eran una artesanía más del cine y ver una escena concreta solo era posible gracias al talento de varios departamentos creativos. Ver una escena de ‘Legend’ de Ridley Scott es pura magia por el hecho del valor que tiene el recrear cada uno de sus fotogramas a base de decorados, maquillajes, vestuario, iluminación y un poco de inventiva visual. Hoy día ver una escena similar recreada en un ordenador no tiene valor alguna y no aporta ningún valor añadido a la producción que lo ofrezca.

Es por eso que hubo un tiempo donde los FX eran tan importantes que eran sin duda un elemento clave a la hora de llenar las salas de cines. Tan claves que hasta las comedias debían presumir no sólo de contar con el mejor actor (comercial) sino con la mejor escena de acción. Y de ahí nacieron dos obras no entendidas en su tiempo y hoy consideradas de culto como son Mentiras Arriesgadas y El último gran héroe. Ambas poseedoras de dos escenas dignas de figurar en el top de los efectos visuales en cine.

La primera de ella es la apertura de El Último gran héroe, la cual posee la mayor acumulación de coches de policía jamás vista en el cine. Este tema no es más bien un efecto visual tal cual lo entendemos, pero si es un logro visual al ser cada uno de los coches un coche real y no un ente fantasmal creado bajo cgi.

Realmente desconocemos como consiguieron tener tanto coche de policía junto, ya que si eran reales, la ciudad se hubiese quedado sin efectivos para cualquier urgencia y catástrofe. Así que suponemos igual fueron creados por el departamento artístico o quizás bajo efectos de lentes y duplicados pero lo que no tiene duda es que ver hoy día esa escena tiene casi más valor que cuando la vimos en su día ya que hoy día, esos coches serían simple CGI.

La otra escena clave es la secuencia final con el caza de Mentiras Arriesgadas, una escena que convierte esa obra de James Cameron en la comedia más cara de todos los tiempos. La escena es un prodigio de los FX y aunque usa un naciente CGI para algunos momentos, Cameron no dudó primero en rodar con aviones reales para algunas momentos de la secuencia del puente, como segundo recrear un caza Harrier a tamaño real para poder meter a Arnold y que la escena se sintiese tan viva y real como se sigue sintiendo a día de hoy.

Han pasado 25 años desde aquella escena y jamás el cgi se ha visto tan realista como se vio en el estreno de aquella obra de culto.