Puntuación: 7 

Personalmente y al igual que me ocurre con el cine de Alfred Hitchcock, nunca he identificado al famoso director de El Sexto Sentido como un artista relacionado con el terror. Creo que ambos directores son creadores muy particulares abocados al misterio y a la sorpresa tanto en lo narrativa como en lo estructural, como en lo visual. Ambos son simplemente dos genios de lo nuevo, del misterio, de lo desconocido y dos artistas vinculados por la calidad, la sorpresa, la polémica, salir en sus propias películas y por revolucionar el cine en cada nuevo trabajo. No se si Shyamalan llega a tener el talento que tiene la obra del prestigioso director inglés, pero, sí estoy seguro que es lo más parecido que existe en la actualidad.

\’La visita\’ de Shyamalan nos ha traído como recuerdo algún fragmento de su talentosa obra. La secuencia final con la que el cineasta \”remata faena\” en la película Señales, situa su cine a un nivel como pocas veces se le ha visto. Todo en esa secuencia final va encaminado a hablar con rotundidad del talento de un artista que a partir de aquí comenzará un gradual y lento descenso en sus modos y maneras, empobreciendo la riqueza del discurso cinematográfico inicial, pero nunca llegará a ser declive o vacía creativo, ya que tanto El Bosque, como La Joven del Agua o El incidente, siguen dejando destellos de calidad y personalidad de una obra totalmente atípica. 
Por cierto, siempre que hablemos de la escena final de Señales, debemos hablar de un éxtasis fílmico sobre el que también habría que hacer responsable a James Newton Howard y a los cinco minutos y medio de música que consiguen convertir a la escena en uno de los mejores ejemplos de íntima comunión entre música e imágenes de cuántos ha conocido la historia del cine (una vez más debemos emparentar una obra de Shyamalan con una de la obra de Hitchcock, donde la escena de la ducha de \’Psicosis\’ mantiene esa misma comunión perfecta entre música e imagen). 
Y ya dando paso a su último film, hay que decir que supone la primera incursión de Shyamalan en el found footage y en el cine de bajo presupuesto y su ejercicio de género más puro hasta la fecha. Y una vez más, Shyamalan demuestra ser un autor que podrá haber errado en algunos guiones, pero que siempre ha destacado por su forma de planificar, por ser alguien que no se dedica tanto a generar fotogramas enmarcables (que también), sino a contar cosas con la cámara. 
Apoyado en un guión sencillo pero muy solvente, donde los personajes están muy cuidados tanto en su construcción como en sus diálogos, Shyamalan consigue devolver a la cámara en mano que iniciase \’La Bruja de Blair\’, algo que otros parecían querer quitarle, el ritmo y el interés por los personajes. De este modo, el director construye una película, no particularmente original debido a su trillado formato, pero sí muy solvente en cuanto a planificación e ideas nuevas y sobre todo consigue que una vez mostrado todas las bases del relato, de nuevo este se convierta en un puzle que debe encajar de forma perfecta en un final de esos de los que Shyamalan es marca de fábrica y genio indiscutible. 
Por eso, \’La Visita\’ es posiblemente un film menor en la filmografía de Shyamalan, pero es ese film que debe reconciliar al público estúpido que llena las salas y así, volver a poner a un genio incomprendido de nuevo en la palestra de los productores de Hollywood para poder seguir llenando de joyas una de las mejores filmografías de la historia del cine moderno.

Ver Tráiler La Visita de M. Night Shyamalan

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