Puntuación: ****
Visual: ****
Narrativa: ****

En 2014 LEGO decidía dar el salto al cine. Tras triunfar en el videojuego, la famosa franquicia juguetera creaba una historia para su estreno fílmico, esta, trataba de un personaje de perfil bajo, es decir, un pringao, que poco a poco y sin darse cuenta se convertiría en el héroe que salvaría a la humanidad o más bien, a la Legonidad. Ahora, el también exitoso videojuego de los Angry Birds, intenta imitar la misma idea y la misma historia que la Lego Película, y podemos decir, que lo han conseguido, porque Angry Birds es quizás la mejor película de animación del año.

El mayor de los atractivos de la película, es, por una parte, el diseño de los personajes tremendamente expresivos, y por otra la calidad de la animación. Para eso ha hecho falta trabajar para que sigan siendo reconocibles con todas sus propiedades al ser lanzados: el tucán boomerang, los pequeños azules que se disgregan el el aire, el grandullón negro que explota… Y también dotarlos de una mayor capacidad de movimiento con patas y alas y, más allá de eso, sentimientos.
Pero ahora viene un problema del que es culpable el film citado de LEGO y en mayor medida aún las obras de Pixar y es que, por motivo, causa o culpa de estas, uno se sitúa ante un film de animación infantil como ante una obra cualquiera esperando encontrar cine por los cuatro costados y cuando esto no ocurre, se siente defraudado al sentir que está ante un producto menor. Y eso puede ocurrir quizás con esta película de Angry Birds en la cual sólo estamos ante un film pensado para el público infantil y para divertir sin más.
Pero una vez asimilado esto, hemos decir que los infantes van a disfrutar mucho con estos pájaros y los \”guarros\” de los cerdos y los adultos van a encontrarse el film de animación más atrevido del año y a Rojo, el mejor personaje o al menos el que más aristas tiene de todos los vistos.
El guión de Jon Vitti, guionista de Los Simpson, no termina nunca de despegar como una obra épica de esas que no olvidaremos. además posee algunos momentos valle aunque cierto que los niños no van a llegar a notarlo y para ellos será una continúa diversión.

Clay Kaytis (Frozen) y Fergal Reilly (Lluvia de albóndigas) son los directores y ciertamente consiguen un apartado técnico muy notable sobre todo en los protagonistas que tienen pinta de producto de marketing total a lo Minions. Angry Birds además cuenta en su doblaje al castellano con voces muy conocidas: las de Santiago Segura (Red, el pájaro rojo), José Mota (Chuck, el pájaro amarillo), Cristina Castaño (Matilda, la terapeuta ¿le habrán dado el rol por ser la psicóloga desquiciada de La que se avecina?) y Álex de la Iglesia (Leonardo, el rey de los cerdos). Y esto para los mayores es un aliciente que hará que nos riamos más de lo que deberíamos por gag natural.
 A Angry Birds le falta la fuerza de esas grandes producciones Pixar, A veces es más un cortometraje alargado que una cinta con entidad propia pero aún así, no solo aprueba y consigue su objetivo que es simplemente entretener a los más jóvenes de la casa y de paso triunfar como estampa de camiseta o como muñeco regalo de McDonalds o Burger King, sino que gracias a su belleza y sus personajes y a su ausencia de complejo de inferioridad, termina por llevarse a todos los que se acercan y convertirse por derecho propio en un producto de género de esos que no buscan ser una obra maestra para recuerdo sino un puro festín de ritmo, diversión y un poco de gamberrismo para los adultos.

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