Aunque le ha costado arrancar, ‘El hombre del norte’ se mantiene en lo alto de la cartelera con el fantástico relato vikingo que ofrece Robert Eggers.

El director y su co-guionista Sjón querían hacer su película lo más cercana posible a las grandes sagas nórdicas, y aunque nos han dejado una película increíblemente fiel a estos relatos finalmente hubo que hacer algunas concesiones en favor del público.

Cambios de última hora con un infierno en la sala de grabación
Las primeras proyecciones con público no fueron demasiado bien porque la fidelidad histórica de la película resultaba demasiado densa para algunos espectadores. En especial, este tipo de relato no prestan mucha atención al interior de los personajes, y las motivaciones de Amleth tenían que estar mucho más claras durante la película para que la historia enganchase a la audiencia. El problema vino porque ya se había terminado el rodaje de ‘El hombre del norte’ y no había demasiado que se pudiera cambiar en la sala de edición.

Así que Eggers y Sjón decidieron editar el guión a última hora y editarlo el diálogo en la cabina de grabación, con los actores grabando las nuevas líneas. Estos nuevos diálogos desarrollarían más la personalidad de Amleth y dejarían más claras sus motivaciones y sus creencias sobre el Valhalla, con lo que los problemas narrativos terminaron de solucionarse. Eso sí, tuvieron muchísimo cuidado para que sus nuevos diálogos hicieran bien el juego con las bocas de los actores en las escenas ya rodadas.

En una entrevista con Vulture, Sjón se refirió a todo el proceso como “el crucigrama más difícil que te puedas imaginar”, hasta que por fin se dio cuenta de cómo encajar algunas palabras que tenían vocales y sonidos similares.

“Es un poco en plan.. Vale, tenemos 18 sílabas. La quinta sílaba tiene que ser una T porque pronuncia muy bien la T”, explicaba Eggers. “Así que quizás puedas encajarlo con una D. Pero es que entonces esta sílaba tiene que ser una S”.

Pero a pesar de todo lo difícil que se volvió el proyecto, y no únicamente a la hora de rodar la película, esta complejidad era necesaria para el guionista: “¿Por qué harías un cuento medieval que es históricamente fiel y se desarrolla en tres países, con batallas, riñas familiares y criaturas mágicas… y no esperarías que fuera duro?”

A pesar de tener que simplificar mucho del guión y añadir nuevos diálogos, Eggers y Sjón no querían perder demasiada fidelidad histórica y consiguieron equilibrar el punto necesario para entretener a la audiencia con su visión para la película.

“Pudimos dejar el nórdico antiguo en canciones y en escenarios rituales”, explicó Eggers. “Trabajamos con un lingüista islandés, Haukur Þorgeirsson, quien a menudo nos traía poemas escritos en islandés medieval y les daba una vuelta y los traducía con su propia interpretación.

Aunque finalmente el corte final de ‘El hombre del norte’ no es del propio Eggers, es consciente de que los compromisos con el estudio también eran necesarios: “Prometí la película más entretenida de Robert Eggers que pudiese hacer. No digo que sea una película perfecta, pero lo mínimo que puedo decir es que defiendo mis elecciones, porque he considerado todas ellas con muchísimo cuidado.”

LA BRUJA
 

Puntuación: *****

Nos llega la primera sorpresa del año. Sundance siempre es una fuente de originalidad y de lanzamiento de nuevos directores y un año más, el famoso festival no falla en dejarnos un film de terror que si no nos equivocamos, difícil va a ser que alguna otra propuesta lo supere.

 

“La bruja”, del debutante Robert Eggers (premio a mejor director en Sundance), se encuentra a mitad de camino del realismo de Romero y la fantasía psicodélica-operática de Argento. Eggers prefiere levantar vuelo desde un realismo de amarillos prístinos y de leves claroscuros que recuerdan a Rembrandt.. Por otro lado, se nota también que es un realizador que huye del efectismo grueso y busca seducir al espectador con una mezcla de amor y temor a la oscuridad.
La luz abre un film que poco a poco se va agrisando hasta terminar en el negro profundo. Empieza como una película de días soleados y de cotidianidades aparentemente felices en el campo de Nueva Inglaterra, a inicios del siglo XVII. Es notoria esa calidad europea de unos pioneros emigrados del viejo continente, y que anclan en nuevas tierras que esconden un espíritu salvaje. En ese sentido, se comprende el planteamiento de Eggers al dividir el espacio en dos: el afuera, constituido por el tupido bosque lleno de fuerzas ocultas que los atormentarán; y el adentro, hecho de una familia nuclear en la que los hijos son prisioneros del puritanismo cristiano de los padres. En cierta medido vemos ecos de El Bosque, aquella película polémica de Shyamalan que se vendió como un film de terror donde no lo había, en cambio, toda aquella ficticia promoción, hubiese venido perfecta para La Bruja, quizás la historia de terror que todo el mundo reclamó en su día.
Así, como ocurría en la obra del director de El Sexto Sentido, vemos como se plantean dos formas muy distintas de terror: la interior, la que viene de nuestro propio entorno y nos rodea (la psicológica), y la exterior, la fantástica, esta mucho más tremendista pero mucho menos dañina. Así, más allá de la naturaleza agreste y el misterio que le rodea, estos padres y sus hijos son presos de unas relaciones de poder retorcidas, atravesadas por hipocresías, secretos y ambiguos tramados que no excluyen el componente sexual
 
 
Estrenada en el Festival de Sundance el año pasado, el film se compone de silencios y miradas sesgadas; tono que se romperá hacia el final, cuando una confrontación general preludie una especie de liberación de rasgos más satánicos que cristianos. Lo que le dota de un empaque especial, es como si un artista danés se adentrase en los confines del terror para hacernos reflexionar sobre la sociedad, la familia y lo más oscuro de cada uno de nosotros.
Pero sin en su planteamiento narrativo la obra se muestra como un trabajo complejo y maduro que se aleja de la ópera prima teen de terror habitual, es el plano estético donde se completa y se roza el sobresaliente. El realizador logra conservar cierto registro realista e íntimo que juega con una dimensión fantástica que se desliza provocativamente desde planos de sutil erotismo, a veces desde cuadros vivos con referencias no tan veladas a los monstruos de Goya, o con oscuridades profundas y sangrientas de carnales sutilezas que hubieran agradado a Caravaggio. Todo para mostrar sin complacencias los perversos resortes que anidan en una familia obsesionada con la pureza. 
 
Todo esto, nos demuestra que el cine sigue en forma y que las nuevas generaciones aún tienen mucho con lo que sorprender.
 
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Galería de imágenes de Anya Taylor-Joy

 
Ahora os dejamos con una galería sexy in hot de Anya Taylor-Joy, joven actriz protagonista que se destapa como una de las grandes esperanzas de los próximos años gracias a unos registros interpretativos que sorprende para su edad y una belleza de esas no canónicas que terminan imponiéndose ante tanta vulgaridad.
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 
 
 

4 comentarios en «Anya Taylor-Joy desnuda en El hombre del Norte»

  1. una exquisitez de mujer divina por donde la miren y una gran promesa del cine a por venir la amo es perfecta

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